También hay buenas noticias

Como un insistente llamado a la conciencia de todos los chilenos, el caso de Hans Pozo, “el Descuartizado”, no se ha cerrado. Un año después de la aparición de sus restos, esparcidos en diversos lugares de Santiago, ahora se investiga lo que realmente ocurrió con el presunto autor de su muerte.

En este tiempo, la apreciación sobre la víctima ha cambiado. Hans Pozo, que parecía inicialmente como alguien que andaba tentando al destino hasta que encontró una muerte atroz, hoy se ve, más que nada, como el producto del abandono y la falta de oportunidades. El periodista Gazi Jalil Figueroa, en un reportaje para la revista El Sábado, de El Mercurio, reveló que Hans se sentía discriminado por ser rubio y de ojos claros en sectores donde predominan los chilenos de tez morena y ojos color café.

Por esa investigación, Jalil fue distinguido con el Premio “Pobre el que no cambia la mirada”, que entregan la Universidad Diego Portales, el Hogar de Cristo y la Fundación para la superación de la Pobreza. No logró, sin embargo, que el mismo trabajo fuera premiado en el concurso “Periodismo de Excelencia” de la Universidad Alberto Hurtado, aunque sí figuró entre los finalistas.

No hay modo de saber cómo fue exactamente la discusión del jurado, pero Andrea Vial, directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, subraya la intensidad del debate: “En la fase final, (cuando los miembros del panel estuvieron) encerrados por más de cuatro horas, surgieron notables reflexiones sobre calidad narrativa, opciones éticas, tipos de cuestionarios, relevancia, noticia, trascendencia pública, puntos de vista y otros”.

Hasta allí llegó el esfuerzo de Jalil por cambiar la mirada sobre Hans Pozo. Ello no disminuye el mérito de los trabajos que sí fueron premiados, empezando por el que obtuvo el primer lugar, una investigación de Pablo Vergara publicada en The Clinic titulada: “La maldición del narco sin cabeza”. Trata del caso de Jorge Lund, un oscuro personaje cuyo crimen ocurrido en 1998 nunca ha sido aclarado. Recibieron la distinción otros tres trabajos, luego que se declaró desierto el galardón en la categoría “golpe noticioso”. Los premiados incluyen una reveladora entrevista de Claudia Alamo a Felipe Lamarca, el ex presidente de la Sofofa, y un agudo comentario -como todos los suyos- de Rafael Gumucio en “Defensa de la ficción”.

Para mí, sin embargo, en lo personal, en esta excepcional antología de investigaciones, entrevistas y comentarios, no hay nada tan conmovedor como la historia de “El cura Puga y su nueva cruzada”, reporteada y escrita por Roberto Farías. Es un reportaje realizado en el terreno (remotos andurriales de Chiloé, acerca de la actividad actual del sacerdote Mariano Puga Concha).

No es la primera vez que Mariano Puga aparece en la prensa. Ni será la última. Miles de televidentes deben recordarlo en el momento, hace 20 años, cuando trató de detener la violencia desatada en el Parque O’Higgins, mientras oficiaba misa el Papa. En medio del humo, el tierral y las lacrimógenas, daba testimonio, como en toda su vida, de su tenaz defensa de los pobres y desprotegidos. Ahora hace lo mismo en Chiloé y, pese a sus años, no pierde el humor y el entusiasmo.

Es bueno que el periodismo dé buenas noticias. Esta es una de ellas.

Abril de 2007

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