Para el registro

FIP plantea necesidad de terminar con la persecución a periodistas

La Federación Internacional de Periodistas, FIP, planteó que el fin de la persecución judicial a los periodistas es un paso esencial para garantizar la protección de los derechos humanos en el mundo.

La FIP, la organización de periodistas más grande en el mundo, indicó que los gobiernos que utilizan la difamación criminal y otras restricciones legales para silenciar al periodismo crítico, socavan el rol de los medios de comunicación, dejando manifiesta una clara violación a los derechos de la sociedad.

Mediante una declaración conmemorativa del Día Internacional de los Derechos Humanos, la FIP hizo un llamado a una nueva campaña global para liberar a la prensa de leyes restrictivas.

La libertad de expresión es un derecho humano básico”, afirmó el Secretario General de la FIP, Aidan White. “Sin ella es imposible esperar la defensa o promoción de los derechos de los ciudadanos establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y reduce, dramáticamente, las oportunidades para exponer la violación de estos derechos”.

La FIP hace un llamado a los gobiernos a ponerle fin a la judicialización de periodistas en un intento por silenciar el periodismo investigativo. “La libertad de prensa está bajo ataque en muchos países y los periodistas se encuentran a menudo atrapados, enfrentando cargos y acusaciones por difamación, calumnia o por poner en peligro la seguridad nacional o socavar el gobierno o a las autoridades. Cuando el acceso a la información está restringido y los periodistas son amedrentados, el público pierde su derecho a estar informado”, advirtió la Federación.

La FIP indica que los países liderados por regímenes autoritarios son los principales causantes de esta situación, pero la Federación también alerta como muchos de los recientes ataques ocurren en naciones que, se supone, son modelos de democracia.

Casos recientes.- “En Europa y Estados Unidos hemos registrado numerosos casos donde el gobierno ha judicializado a los periodistas, en un intento por obligarlos a revelar sus fuentes de información ó simplemente silenciar al cubrimiento crítico”, señala la FIP.

Ese fue el caso de la semana pasada, en Francia, donde el reportero de Le Monde, Guillaume Dasquié fue acusado de “comprometer la seguridad nacional”, por un artículo publicado el 17 de abril, en el que reveló informes clasificados donde se indica que los servicios de inteligencia franceses conocían los planes de Al Qaeda, incluyendo un potencial complot de secuestrar un avión. Dasquié se rehusó a dar el nombre de la persona que le entregó la información.

La Corte Europea de Derechos Humanos, recientemente condenó al Estado de Bélgica por actuar de manera ilegal al allanar la casa y oficina de un periodista hace tres años, luego que la Unión Europea dijera que el colega estaba sobornando a funcionarios para acceder a documentos secretos. No se halló evidencia para justificar las acusaciones y la FIP solicitó mayor información sobre el asunto.

Estados Unidos finalmente permitió al fotógrafo de Associated Press, Bilal Hussein, y su abogado, ver la evidencia en su contra después de casi 20 meses de reclusión sin cargos formales en su contra. Un magistrado iraquí decidirá si Hussein se presentará en la corte ante un tribunal de tres jueces. A los abogados de Hussein aún les niegan tanto copias de la evidencia como entrevistas a solas con el fotógrafo, por lo que la FIP teme que su defensa sea una labor difícil.

... y en el resto del mundo.- En otras regiones del mundo, los ataques contra la prensa son comunes en naciones en las que los registros de violaciones a los derechos humanos están bajo escrutinio. Le Federación destacó varios casos recientes:

  • En Azerbaiján, donde se registra uno de los índices más altos de periodistas detenidos en el mundo, con 10 periodistas tras las rejas, por una variedad de cargos derivados de la reportería crítica que hacen del gobierno.
  • En Túnez, el periodista Slim Boukhdir fue sentenciado a un año en la cárcel tras un altercado con la policía después de meses de acoso a raíz de su periodismo crítico.
  • En Pakistán, las autoridades iniciaron una acción legal contra el Sindicato Federal de Periodistas de Pakistán, PFUJ, y su unión afiliada, el Sindicato Islamabad Rawalpindi Islamabad, RIUJ, por mostrar pancartas y distribuir folletos durante una protesta el 14 de noviembre en protesta por las normas contra medios de comunicación impuestas por el Presidente Pervez Musharraf.
  • En Israel las autoridades anunciaron planes para judicializar a tres periodistas por visitar Líbano y Siria durante sus investigaciones periodísticas.
  • En Nigeria cuatro trabajadores de medios están detenidos, dos por cargos de difamación, tras criticar al Ministro de Economía y Finanzas, y otros dos colegas enfrentan acusaciones tras el cubrimiento de la rebelión Tuareg en el país.
  • En Venezuela los votantes derrotaron un referendo que le habría otorgado al Presidente Hugo Chávez, además de otros poderes constitucionales, la facultad de decretar un estado indefinido de emergencia y suspender la libertad de prensa.

Estos casos reflejan un patrón de abuso rutinario a los derechos de los periodistas en el mundo”, dijo White. “Es hora de ponerle fin. No podemos hacer que la protección de los derechos humanos sea una garantía universal si no se acaban la intimidación contra el periodismo y los ataques contra la libertad de prensa”.

(10 de diciembre de 2007)


Los trucos del viejo periodismo

El 12 de noviembre, a los 101 años, murió en su hogar en Manhattan el periodista norteamericano Lester Ziffren, quien trabajó en Chile en la Anaconda a mediados del siglo pasado.

Condecorado por el estado chileno hizo numerosos amigos y así se lo recordó en los obituarios. Pero se omitió un aspecto que destacó The New York Times: Ziffren, quien era corresponsal en España en los años 30, fue el primero que dio la noticia del estallido de la revuelta de Francisco Franco contra el gobierno republicano. El 17 de julio de 1936 hizo llegar la noticia a la oficina de la United Press en Londres. Para no tener problemas con la censura, recurrió a un sistema que parece más propio de una obra de ficción. Su mensaje, en inglés, comenzaba de la siguiente forma:

Mothers everlastingly lingering illness likely laryngitis Aunt Flora ought return even if goes north later equally good if only night...” (“La prolongada enfermedad de mamá parece ser laringitis. Tía Flora deb debe regresar incluso si va al norte...

La inicial de cada palabra servía para formar el verdadero mensaje, cuya primera frase, también en inglés, decía: “Melilla foreign legion revolted martial law declared ...” . Melilla, en el norte de Africa, era el lugar donde se inició el alzamiento.

La anécdota, recordó el diario norteamericano, apareció en “Hora de cierre cada minuto”, (United Press Deadline Every Minute: The Story of United Press), un libro clásico escrito por Joe Alex Morris.


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