Chávez y los estudiantes: una nueva batalla

Como en la propia Venezuela y en gran parte del mundo, los santiaguinos –según una consulta para Publimetro realizada por la Universidad Diego Portales- rechazan la clausura de RCTV, impuesta por el Presidente Hugo Chávez.

Cuando se preguntó, por vía telefónica, si creían que “la decisión del Presidente Chávez atenta contra la libertad de expresión”, la respuesta fue abrumadora: Sí, señaló el 84,7 por ciento. Sólo el 15,3 por ciento restante opina lo contrario.

Es difícil, sin embargo, que esta fuerte opinión tenga mayores consecuencias. Los mismos santiaguinos opinaron mayoritariamente que la Presidenta chilena, Michelle Bachelet, no debe hacer nada al respecto (62 por ciento), aunque hay quienes se inclinan por una protesta formal (38 por ciento).

No es aventurado pensar que, salvo lo que resuelva en un plazo no muy breve la Corte Interamericana de Justicia, el tema podría olvidarse con facilidad. Pero Chávez, siempre impredecible, encontró la manera de mantener vivo el fuego de la indignación.

Veamos

Desde el grito de Córdoba (Argentina 1918) las manifestaciones estudiantiles han marcado la tónica de la actividad política en nuestro continente. Estudiantes fueron el motor del desalojo de Carlos Ibáñez de La Moneda en 1930 y, décadas más tarde, también fueran estudiantes los que iniciaron la revuelta contra Batista que llevó al poder a Fidel Castro.

Hugo Chávez, un sobreviviente de dos golpes de estado (uno protagonizado por él mismo y otro en su contra) se encuentra ahora desafiado por una fuerza que no se había manifestado en años en Venezuela: los estudiantes universitarios. La razón, como sabemos, es su obstinación en cerrar las transmisiones de Radio Caracas Televisión. La mayoría de la población -“chavista” o no- se opone. Según la BBC, “las encuestas indican que el 80 por ciento de la población rechaza la medida”.

La misma fuente agrega dos precisiones:

  1. "Es la primera acción de Chávez a contrapelo, contra las mayorías. Que no toma en cuenta la decisión soberana del pueblo como él mismo vende en la base de su revolución", afirmó Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanalisis.
  2. No es la defensa de la libertad de expresión, supuestamente amenazada, sino la "libertad de elección" la que motivaría el rechazo. "Tú me estás diciendo a mí que yo no voy a poder ver una telenovela de RCTV o ver 'Radio Rochela', que es el programa cómico más clásico de la TV, o que no voy a poder ver 'Quién quiere ser millonario' que es, de lejos, el programa más visto de la TV venezolana", puntualiza León.

Pese a estas apasionadas reacciones, era probable que la medida finalmente cayera en el olvido. Sin embargo, el propio Chávez se encargó de que ello no ocurriera. En primer lugar, amenazó directamente a Globovisión, el único canal que podía mantener un equilibrio informativo, advirtiendo que lo tendría bajo su mirada y la de sus funcionarios “minuto a minuto, segundo a segundo”. Por otra parte, a fines de la semana pasada convirtió el tema de la protesta estudiantil en un asunto de estado: sus partidarios denunciaron –mediante el uso ilegal de conversaciones telefónicas privadas- que habría una concertación de los jóvenes para salir a protestar. Simultáneamente, el gobierno dirigió sus dardos contra las universidades privadas de donde supuestamente provendrían muchos de estos estudiantes, formulando nuevas amenazas de represalias.

Y así, en este juego de suma y sigue, no sería raro que Chávez, que hasta ahora ganó todas las batallas mediáticas, pierda la guerra política. No sería el primer caso.

1 de junio de 2007

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