Santiaguinos creen que las platas del cobre deben ir para la educación

Es como comprarse un boleto de lotería: antes del sorteo, todos imaginamos lo que haríamos con un suculento premio millonario. Los apetitos ocultos, las frustraciones que se arrastran por años, las pequeñas venganzas que quisiéramos tomarnos con el jefe prepotente, etc. Todo, todo revienta como una ola contra escarpados roqueríos y nos hace soñar.

Pero esta vez los excedentes del alto precio del cobre no son una ilusión, sino una realidad. Miles de chilenos nos hemos preguntado, aunque nadie haga la pregunta en serio, qué haríamos con esta inesperada bonanza. Las respuestas, obtenidas por especialistas de la Universidad Diego Portales por cuenta de Publimetro, indican un notable sentido de la responsabilidad (Educación, es la ambición declarada de la mayoría), junto con favorecer la entrega de una cuota mayor del beneficio a las regiones productoras de cobre. Al mismo tiempo, se registra también una nota de escepticismo, ya que pocos creen que el precio del cobre les traerá algún beneficio directo o personal.

La idea predominante es que quien está ganando y va a seguir ganando en esta coyuntura es el Estado. Por eso, tal vez, casi nadie piensa en sacarle “una puntita”, al millonario billete.

El siguiente es el detalle de la consulta.

  • Invertir en Educación.- Cuatro fueron las posibilidades que se ofrecieron para la primera pregunta: “¿En qué invertiría usted los excedentes por el alto valor del cobre?”. De ellas, con 62,7 por ciento (casi dos tercios) de respaldo, la más favorecida fue “Educación”. Bastante menos partidarios hubo para subvencionar la bencina (15 por ciento), ahorrar para los tiempos de vacas flacas (13,7 por ciento) o darle un bono a todos los chilenos (8,6 por ciento), que habría sido el sueño del típico comprador del boleto de lotería.
  • Los beneficiados.- La segunda pregunta era: “¿Quién es el principal beneficiado con el precio del cobre?”. De las tres posibilidades, la mayoritaria fue: “El Estado” (59,3 por ciento), seguida de un cuarto de los encuestados (25,4 por ciento) que sostuvo que los mayores beneficiados eran las empresas mineras, y un 15 por ciento que apunta a “todos los chilenos”.
  • No es para mí.- La tercera pregunta era simple: sí o no. “¿Cree que tiene algún beneficio directo para usted el alto precio del cobre?”. La abrumadora mayoría (71,3 por ciento) cree que no. Solo una minoría (28,7 por ciento) piensa que este alto precio puede beneficiarlo personalmente.
  • Las regiones, sí.- La última pregunta era muy directa: “¿Cree que las regiones donde se extrae el cobre merecen un porcentaje de las ventas?”, Calama, por ejemplo. Obligados a definirse entre un sí y un no, los encuestados respondieron en su mayoría (80 por ciento) de manera enfática: Sí. El 20 por ciento restante cree que no corresponde un beneficio adicional a estas regiones.

Lo que queda clarísimo, en todo caso, es que con encuesta o sin ella todos los chilenos saben (sabemos) perfectamente que nuestro cobre pasa por un período excepcional. Esto de los “excedentes” no es un misterio.

El “sueldo de Chile” o nuestra “viga maestra” no deja indiferente a nadie.

Publicado en el diario Publimetro (se puede leer en linea desde metropoint.com) el 5 de mayo de 2006
sobre la base de una encuesta realizada especialmente por investigadores de la
Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales

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