El “barómetro” indica variando a despejado.

El talón de Aquiles de una democracia es la libertad de expresión: ahí está su fortaleza pero, también, el punto donde puede ser herida de muerte. Eso ya lo aprendimos –según afirmamos con frecuencia- los chilenos. Pero hay un segundo aspecto: el acceso a la información es fundamental para el ejercicio pleno de la libertad de expresión. En Chile falta, pero se avanza. Conforme una encuesta realizada entre periodistas, incluyendo profesionales de El Sur, más de la mitad (52 por ciento) – cree que “las condiciones (de acceso a la información) han mejorado en los últimos cinco años”.

Ese es el lado “medio lleno de la botella”. El lado medio vacío es la verificación de que hay tres categorías de fuentes informativas “en las que existen mayores dificultades para acceder a información en Chile”: grandes empresas privadas, Poder Judicial y empresas estatales. En el otro extremo, como las categorías que dan más facilidades a la prensa aparecen los partidos políticos y el Poder Legislativo.

El estudio, bautizado “Barómetro de Acceso a la Información. La opinión de los periodistas”, corresponde a una iniciativa de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales y de la Fundación de la Prensa, de la Asociación Nacional de la Prensa (disponible en detalle en Internet, en www.udp.cl y www.anp.cl). Este es el tercer año consecutivo que se realiza y se consideraron 157 respuestas de periodistas y editores de medios escritos y audiovisuales de todo Chile, aunque la mayoría (59 por ciento) corresponde a la Región Metropolitana. Las respuestas fueron entregadas en su mayoría por profesionales de diarios y revistas.

Según los encuestados, el mejor mecanismo para obtener información pública siguen siendo las “entrevistas formales con autoridades responsables”. Tiene la mejor calificación: nota 5,45 en una escala de uno a siete. Las “empresas de comunicaciones y/o asesores” son vistas con desconfianza y –como en años anteriores- figuran entre los mecanismos menos efectivos.

En el otro extremo, los periodistas hacen notar que la entrega parcial de información les parece el recurso usado con más frecuencia para disimular las barreras a la hora de contar “la firme”. En una escala de uno a siete, califican con 4,29 (“bastante frecuente”) el uso de este mecanismo, apenas unas décimas de diferencia con la “entrega de información solo bajo off the record” (4,17), que se considera igualmente como poco satisfactorio y que alimenta fácilmente las dudas en el público.

Hay mucho más que destacar en este estudio, cuyos resultados coinciden, en grandes líneas, con los de años anteriores. No se puede dejar de mencionar, sin embargo, la observación acerca de la “poca disposición de las autoridades e instituciones” a entregar información. Para el 57 por ciento de los encuestados aquí reside el principal problema. Ni siquiera la “autocensura” compite en intensidad: apenas el 15 por ciento la considera, seguida del “desinterés de la ciudadanía” (10 por ciento) que también aparece como una dificultad para el acceso a la información.

Este conjunto de factores explica la importancia de la reflexión de José Luis Sommers, presidente de la ANP, al tratar este tema:

La mayoritaria apreciación de los encuestados en el sentido de que ha mejorado el acceso a la información no debe hacer perder de vista… que nuestro país está todavía muy lejos de la transparencia que anhelamos…

Un buen diagnóstico no es suficiente. Pero es un auspicioso comienzo.

Publicado en el diario El Sur de Concepción el 1º de Diciembre de 2006

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