Elecciones en el ciber-espacio

En junio pasado, los electores de Arizona, en Estados Unidos, hicieron historia. O, como tituló el diario “USA today”, “hicieron click en la historia”. Por primera vez, quienes lo desearan pudieron participar en las primarias demócratas del estado mediante su conexión a Internet.La diferencia con otros intentos parecidos, es que esta vez el resultado computacional se agregó a los obtenidos por métodos más tradicionales: correo y voto en las urnas.

A mediados de octubre, en otro hito histórico, se abrieron las urnas electrónicas para unos 76 mil votantes dispersos por todo el mundo. Fiel a su razón misma de existir, ICANN, la Internet Corporation for Asigned Names and Numbers, puso sus registros a disposición de quien quisiera inscribirse y después les pidió que eligieran, vía Internet, sus representantes.

Tanto en Arizona como en ICANN, la encargada de organizar la votación fue la empresa Election.com, que se define a sí misma como “la compañía de elecciones mundial....dedicada a hacer que la democracia funcione mejor”. Election.com ha realizado, según su propio recuento, “cientos de elecciones del sector privado y del público en todo el mundo”.

En vísperas de una nueva odisea electoral en nuestro país, que incluye vocales reticentes, resultados tardíos y largas lecturas de comunicados oficiales, vale la pena preguntarse si ha llegado la hora de las elecciones cibernéticas.

La respuesta es simple: todavía no.

En Arizona los resultados fueron óptimos. A la hora del recuento final, 40 mil ciudadanos depositaron sus votos en la primaria demócrata desde sus casas, oficinas, universidades y cibercafés. “Es fantástico poder votar en piyama, desde la casa de uno, a las diez de la noche”, afirmó Mark Fleisher, presidente estadual del Partido Demócrata. Más importante aún, con 40 mil cibervotantes, la participación total en la primaria aumentó en un 600 por ciento.

Pero, como se vio hace unos días en el caso de ICANN, no puede decirse siempre lo mismo. Sólo un tercio de los inscritos votó, lo que redujo la representatividad de los elegidos a cifras mínimas, sobre todo si se considera el número de personas conectadas a Internet actualmente. Aunque las cifras no son muy precisas, el diario francés Le Monde estimó que hay total de 300 a 400 millones de internautas. De ser así, la tasa real de abstención llegaría a más del 99 por ciento. Y en algunos casos la participación fue mucho menor: 67 votantes habrían designado -a nombre del continente- a la persona que representará a toda Africa en ICANN.

Y, por cierto, subsisten muchas dudas acerca de la seguridad del voto. En Arizona se tomaron estrictas medidas para garantizar que nadie pudiera votar dos veces o fuera suplantado, y que tampoco repitiera el voto al ir personalmente a los lugares de votación. Pero en un mundo donde los hackers entran como Pedro por su casa, el temor subsiste.

Y también la preocupación porque este sistema, en vez de ser más democrático, genere nuevas diferencias entre los que están “on line” y quienes no.

28 de octubre de 2000