Editorial

No hay "operación comunicacional", sólo mal periodismo

18 de Marzo de 2001

Ni siquiera el lapidario informe de Human Rights Watch, presentado conjuntamente con la Sociedad Interamericana de Prensa, parece haber conmovido a un gran sector de chilenos que creen que la libertad de prensa es un lujo que no necesitamos. Menos, por supuesto, la posibilidad de manifestar libremente posiciones distintas del pensamiento oficial dominante.

Esto último lo acaba de comprobar en carne propia el experto en asuntos militares Emilio Meneses, excluido de un seminario organizado por el Ministerio de defensa. El ministro argumentó que él invitaba a quien quería, pero parece evidente que el malestar de la FACH por algunas opiniones de Meneses acerca de la compra de los F-16, que tan caros nos están saliendo en materia de prestigio, aparte de su costo en dólares, fue la razón de fondo. Y, por cierto, hay que agregar lo que ocurrió antes cuando se trató de discutir -en sordina como ocurre con las compras de las Fuerzas Armadas- el tema de los submarinos Scorpene.

Tenemos, indudablemente, más libertad que en los años del régimen militar ¡Qué duda cabe!

Pero este sigue siendo un magro consuelo. Todavía parece dominar el temor a los "excesos", que siempre pueden existir, a la invasión en la vida privada, al mal gusto, a las ofensas a determinados valores que se han proclamado como intocables....

La timidez de la opinión pública se complementa, por cierto, con la timidez de la mayoría de los medios. Por lo demás, los intentos de "descartuchar" al pa's, como se dice con tan poca gracia, han sido mayoritariamente salidas de madre propias de adolescentes que celebran su egreso de la enseñanza media: periodismo de adjetivos, sin sustancia, mal hecho, mal escrito, mal pronunciado y peor estructurado.

Hay muchas conclusiones que sacar de todo esto, pero tal vez vale la pena detenerse en algo que no parece tan evidente a simple vista.

Se refiere a la imagen del Presidente Ricardo Lagos, a quien, con motivo de su primer aniversario en el gobierno se acusó de tener más forma que contenido. Se habló de una "campaña comunicacional".

Mirando la televisión, uno se encuentra con que efectivamente hay una presencia que a veces resulta excesiva del Jefe del estado. Si se piensa bien, su discurso no puede ser muy distinto de inauguración en inauguración, de homenaje en homenaje, de recuerdo en recuerdo.

Vamos por partes.

Lo primero es que hace bien el Presidente al estar donde está: en el Parque Forestal, en las zonas de catástrofe, en la inauguración del BID y de toda la parafernalia circundante. Hace mejor al estar en el homenaje al nuevo chileno, injustamente postergado por consideraciones políticas: el sacerdote Pierre Dubois. Hizo mejor aun el Presidente al no estar en el Festival de la Canción de Viña del Mar.

Los que yerran son los medios que continúan con una actitud oficialista inconsciente aprendida desde la década de 1970.

Si la noticia era la tronadura del nuevo túnel de Lo Prado, a lo mejor era importante la foto del Presidente ahí. Pero convertir el homenaje a Pierre Dubois en el homenaje de Lagos a Dubois es un exceso. Y no lo cometen únicamente los medios que dependen del gobierno. Lo hacen prácticamente todos, porque en la mediocridad espesa del periodismo imperante no saben hacer otra cosa.

Si se reportea poco, si no hay imaginación para trabajar ángulos distintos, si los entrevistados son los mismos, es obvio que el gobierno parece estar en constante "operación comunicacional", sobre todo cuando está de cumpleaños. Si todo el mundo le pide entrevistas al Presidente y todo el mundo le quiere preguntar lo mismo...

Como se dice en el comentario sobre el informe de Human Rights Watch y la SIP: si los países tienen los gobiernos que se merecen, a nosotros los chilenos nos pasa lo mismo con la prensa. No queremos otra cosa que una prensa desabrida, más preocupada de Cecilia Bolocco que de nuestras realidades profundas, que cree hacer investigación porque hace un año estaba obsesionada con el maltrato infantil, luego pasó al abuso en los jardines infantiles y la semana pasada descubrió el abandono de los ancianos....

Y, entretanto, la Ley de Prensa: empantanada y sin novedad. Como los letreros de los viejos almacenes de barrio: Hoy no se fía, mañana sí. Cada vez que el presidente del Colegio de Periodistas pregunta, en el Congreso le dicen: Esta semana, no, la próxima...

No tenemos remedio

Abraham Santibáñez