Carta al Lector:

De nuevo el permanente tema de la ética...

Santiago, 28 de Octubre de 2001

Querido amigo:

Cuando falta poco más de un mes para las elecciones parlamentarias, el tema de la ética en general y de la ética periodística en particular se ha vuelto a poner de moda.

Sobre la base de situaciones tan lamentables como las de Alto Hospicio, sectores opositores han tratado de llevar agua a su molino de diferentes formas. Parece difícil imaginar una situación más indefendible que la de quienes quieren negociar nuevas leyes, como el traslado de la dependencia de Carabineros a cambio de un retorno de la pena de muerte. Personalmente me sigue llamando la atención la indiferencia frente a llamados tan respetables como los del papa y de la jerarquía eclesiástica, tan socorrido en temas como el divorcio y el aborto, pero cuya opinión no pareciera importar cuando se trata de proponer el fusilamiento o la castración de delincuentes o, incluso, de sospechosos.

Cuando se habla de ética -de los negocios, de la administración pública, de diversas profesiones- no siempre se mide con la misma vara a la llamada clase política, cuya ética debería basarse en que no hubiera mucho trecho entre sus dichos y sus hechos.Si se defiende la vida del que está por nacer -por discutible que sea el tema de cuando tiene vida propia- habría que ser igualmente exigente en lo que se refiere al respecto a la vida y los derechos de quienes delinquen o cometen crímenes, como señaló con razón la Conferencia Episcopal.

Pero más que todo lo anterior, lo que ha estado preocupando intensamente al gremio y a quienes tienen que ver con el periodismo y los medios informativos es justamente la ética periodística.

Ha habido importantes encuentros sobre el tema. Y el martes 30 de octubre, en la Feria Internacional del Libro, está programada la presentación de “Etica Periodística para el nuevo Milenio”, de varios autores, obra editada en conjunto por la Universidad Diego Portales y la Louisiana State University de Estados Unidos. No se trata del primer libro sobre la materia. Tampoco el último. Pero es importante en la medida que recurre al análisis de casos ambientados en la realidad chilena y latinoamericana. Hasta ahora se conocían ejemplos procedentes del exterior, principalmente de Estados Unidos, lo que restaba realismo al estudio, aunque sin duda eran casos útiles.

Esta vez, al analizar situaciones basadas en la vida real -uso de cámaras escondidas, problemas de seguridad nacional, secreto profesional- los estudiantes podrán visualizar mejor los problemas con los cuales se van a enfrentar en su trabajo profesional. Y los periodistas en ejercicio, siempre presionados por el tiempo, que les impide una mejor reflexión acerca de los desafíos de cada día, estarán en condiciones de anticiparse a las situaciones más comunes que se presentan en su trabajo.

Estamos convencidos de que esta es una importante contribución a lo que más nos interesa: elevar el nivel del periodismo nuestro, siempre tan cuestionado, muchas veces -no siempre- sin razón.

Cordialmente

Abraham Santibáñez