Editorial:

Las cuentas alegres después del paro

Santiago, 17 de Agosto de 2003

Ya sabemos el costo del paro convocado por la Central Unitaria de Trabajadores. Aunque muchos temieron algo peor, el saldo no deja de ser lamentable. Lo más grave: la acción vandálica de grupos fuera de control, los mismos que han empañado todas las manifestaciones parecidas, especialmente las del Primero de Mayo. El incendio de una micro justificó el recurso a la Ley Antiterrorista y los incidentes en el centro de la capital motivaron el anuncio de que no se autorizarán otras marchas por la Alameda ni el radio céntrico.

Pese a ello, los dirigentes de la CUT se han manifestado satisfechos. No les llama la atención que, en la permanente lucha de cifras que se produce en estos casos, sólo los estudiantes hayan hecho huelga, ya que la enorme mayoría de las industrias funcionó tan normalmente como lo permitían las circunstancias.

En el oficialismo también hubo cuentas alegres. Se pensó que al caer la noche se podían producir manifestaciones violentas, “cadenazos” al alumbrado público y emboscadas a carabineros. Salvo incidentes muy aislados, la jornada terminó de manera tranquila. El cálculo más alegre de todos lo hizo el diario La Nación, que aseguró que con este paro recuperaba protagonismo la Central Unitaria de Trabajadores (puede ser, pero no parece seguro) y que, de este modo, se evitaban nuevas amenazas en el futuro. La tesis es que se le arrebató al Partido Comunista una de sus principales banderas de lucha (la insistencia en un paro nacional), con lo que ahora la central podrá dedicarse a lo suyo. Esto explicaría que Arturo Martínez se mostrara “cansado, pero exultante” al final de la jornada.

No se ha dicho, en cambio, en qué momento se le va a pasar la factura al Partido Socialista que tan tranquilamente estrenó la teoría de que se puede estar con Dios y con el Diablo, o para decirlo más terrenalmente, con el gobierno y con la oposición.

Estos gestos nunca son gratuitos. Y si alguien cree que el episodio ya pasó al olvido, está equivocado: habiendo elecciones por delante y nuevas ocasiones de tensión en la Concertación, es evidente que esta historia de corazones (socialistas) partidos va a salir a flote más de una vez.

Hay interesados en que el episodio no se olvide.

Abraham Santibáñez

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