Editorial:

Asumir las responsabilidades: el desafío para los periodistas

Santiago, 9 de Noviembre de 2003

Mirado con optimismo, el periodismo ha contribuido en los últimos tiempos a una saludable clarificación de temas que, de otro modo, podrían haber permanecido en las sombras. Esa es, sin duda, la justificación de quienes, autodenominándose reporteros investigativos, han escarbado en intimidades sin medir totalmente el alcance de sus actos.

Pero ¿qué pasa con los muertos y heridos que quedan en el camino? Y no solo hablamos de vidas destrozadas, sino de familias expuestas a la vindicta pública, intimidades develadas sin respeto y no sólo por la “prensa amarillista”.

En un caso, por lo menos, cuando el titular más destacado de un diario lo ocupa el supuesto diagnóstico positivo del virus del sida de Claudio Spiniak se nos envía un mensaje peligroso: la presunción de inocencia no rige siempre. Y más tarde, posiblemente avalado por parecido razonamiento, un quijote de nuevo cuño se defiende argumentando en su favor una supuesta preocupación por la inocencia de los niños en riesgo...

El periodismo ha hecho su parte. Pero ha topado fondo.

Obligado a una reflexión, debería sacar frutos positivos de este cuestionamiento a que lo somete no sólo el más alto tribunal del país sino buena parte de la opinión publica.

Es bueno que haya habido esta reacción.

Es positivo que la Corte Suprema, junto con tomar sus propias medidas, envíara los antecedentes a quienes pueden investigar y sancionar infracciones éticas.

Pero sería muy negativo que todo esto terminara con nuevas restricciones a la prensa, después de lo que ha costado desarticular las que surgieron durante la fiebre vivida en los años del régimen militar.

El mensaje de hoy debería quedar claro para todos los actores de este drama: es necesario asumir las responsabilidades. Es necesario que los periodistas y los editores dejen de jugar a ganar permanentemente en la carrera por la circulación, el rating y el people meter y recuerden lo esencial de su profesión: informar leal, veraz y oportunamente.

Es necesario que, en esta coyuntura, no salga perdiendo la sociedad chilena. Es necesario que no se sacrifique el derecho de nuestra sociedad a expresarse libremente y a ser informada sin más trabas que el respeto a las personas.

Es necesario que sigamos avanzando. No que pongamos marcha atrás, a los años de la prohibición, del horror y del temor.

Abraham Santibáñez

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