La Casa Blanca en la mira de muchos

El lunes 19 el precandidato presidencial demócrata Richard A. Gephardt llegó cuarto en los comicios internos (“caucuses”) de Iowa. Esa noche abandonó la competencia. Pero este no es el cuento de los diez indiecitos: todavía están en carrera –entre demócratas, republicanos más otros diez partidos e independientes- nada menos que 121 candidatos. De ellos, sin embargo, solo importan dos: George Bush Jr. el más seguro abanderado republicano y quien sea designado por los demócratas en una larga competencia interna que empezó en Iowa y que terminará en la convención nacional en Boston, a fines de julio

Más que ninguna otra consideración, según los analistas norteamericanos, lo que importa en la designación del candidato opositor es su capacidad de enfrentarse en forma efectiva al actual gobernante. La palabra clave es “electability”, es decir: sus reales posibilidades de ser elegido.

Según un comentario de Steven Thomma, publicado en The Miami Herald, en el 2000, “un tiempo de paz y prosperidad”, los dos postulantes a la Presidencia se esforzaron por ganar el favor del centro político, limando aristas conflictivas. Esta vez, en cambio, por primera vez en un cuarto de siglo, los electores tendrán opciones más tajantes. Se trata, acotó Thomma, de profundas diferencias respecto de la guerra, la economía y la moral.

Golpeado por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Bush Jr. no vaciló en llevar a su país a la guerra. Pero, al mismo tiempo, ha debido enfrentar una crisis económica mientras denunciaba –como lo acaba de reiterar en su discurso anual ante el Congreso- una crisis moral. Como resultado, se anticipa que cualquiera sea el candidato que los demócratas le opongan, sus visiones están destinadas a chocar frontalmente.

El problema está en saber quién será ese demócrata.

Hasta el lunes 19 de enero, las opciones eran muy parejas, pero se estimaba que Howard Dean, ex gobernador de Vermont, era el que tenía más posibilidades. No fue así. Triunfó el senador John Kerry, de Massachusetts, quien habló duro y golpeado: “Tengo un mensaje para los intereses que cohabitan en la Casa Blanca con Bush: vamos llegando, ustedes se están yendo. Traten de que la puerta no les pegue cuando salgan”.

Ello no significa que Kerry tenga pavimentado el camino. Aparte de él y de Dean todavía hay otros cinco pre-candidatos demócratas importantes y en el complejo sistema de nominaciones, en que cada estado tiene prácticamente su propia modalidad, no siempre va a tener el mismo apoyo popular que tuvo en Iowa. Algo similar se puede decir de Dean, que está lejos de sentirse derrotado y estrenó un cambio de estilo menos confrontacional en New Hampshire.

Pero incluso quien gane la candidatura demócrata sabe que tiene que enfrentar un desafío peor: la fuerza de Bush, quien tiene la gran ventaja de estar instalado en la Casa Blanca. En años recientes sólo su padre (un republicano) y Jimmy Carter (un demócrata) no fueron capaces de ganar la reelección.

Estos son los días decisivos: el martes 27 se realizan las primarias de New Hampshire. Y una semana después, deciden otros siete estados. Habrá ganadores. Y al final, final, en noviembre, quedarán 120 perdedores en el camino, incluyendo a John F. Kerry o –tal vez ¿por qué no?- a George W. Bush..

Abraham Santibáñez

Publicado en el diario El Sur de Concepción y La Prensa Austral de Punta Arenas en enero de 2004

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