Informarse: tarea para periodistas

En una sociedad que se llama a sí misma “Sociedad de la Información”, hablar de “acceso a la información” parece innecesario o redundante. ¿Pero, es así realmente?

Empecemos por lo básico: ¿de qué hablamos cuando hablamos de “acceso a la información”?. Hablamos de empresas, públicas o privadas, organismos de todo tipo, que contesten las interrogantes que se les hacen: desde la forma en que está estructuradas a cómo toman sus decisiones. Como se dijo en un seminario realizado en Santiago el viernes pasado: que la autoridad sanitaria me diga qué pasó con el sumario que se instruyó contra el restaurante de mi barrio.

Por una extraña paradoja, parece que la preocupación por el acceso a la información, entendido como un derecho de todos los ciudadanos, no es un tema que apasione a los periodistas. El año pasado, cuando se realizó por tercera vez la encuesta Barómetro de Acceso a la Información, iniciativa de la Fundación de la Prensa y de la Universidad Diego Portales, se enviaron 903 correos a periodistas que se desempeñan en televisión, diarios, revistas y radios de once regiones.

Respondieron 157: el 17, 3 por ciento.

La periodista británica Nincola Beckford no se extrañó por el poco interés de los periodistas chilenos. Ella, según su tarjeta de presentación, es “especialista en Libertad de Información”. También en su país los periodistas se preocupan más del día a día que del análisis a largo plazo. En este caso, por ejemplo, de pedir la aplicación de normas que garantizan la entrega de información pública, pero que pueden tardar 20 días o más.

En el caso chileno, las disposiciones establecidas en los últimos diez años están llegando a un punto culminante. En breve plazo se promulgará la Ley de Acceso a la Información Pública. Según Luis Conejeros, presidente del Colegio de Periodistas, es “una ley revolucionaria”. Contempla la creación de un Consejo para la Transparencia, organismo autónomo que deberá velar porque el Estado cumpla con las disposiciones legales. Obviamente no será fácil. Con realismo, José Antonio Viera-Gallo hizo notar que, desde los tiempos de Portales, la autoridad sabe que debe respetar la ley, pero no tiene porqué informar ni dar explicaciones.

Desde 1990, en cambio, en un proceso paulatino, se han abierto más vías de información. En definitiva, explicó Juan Pablo Olmedo, de la Fundación Pro Acceso, son caminos hacia la mayor participación.

Pero, sobre todo, coincidieron el presidente de la Federación de Medios, Luis Pardo, el del Colegio de Periodistas, Luis Conejeros, y el propio Olmedo, lo que debería pasar es que los periodistas aprovechen mejor las herramientas que ya tienen y las que les entregará la nueva ley.

Curiosamente, el primero que utilizó las disposiciones legales vigentes fue el diario peruano El Comercio. Reclamó, con éxito, contra el servicio de Aduanas por la no entrega oportuna de información. En otro caso, el periodista norteamericano John Dinges, con otros colegas, logró que el ministerio de Bienes Nacionales entregara información hasta el momento reservada, sobre el diario Clarín.

Ahora es el momento que se aviven los chilenos.

19 de octubre de 2007

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