Decir cosas que valga la pena escuchar o leer

Columnista invitado: José Ortiz
Profesor

Una reflexión de Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, en Cartas al Director de El Mercurio (25 de agosto 2007), refuerza un comentario mío hecho en upablogs del 16 de agosto, en cuanto a la necesidad de relacionar los contenidos noticiosos con el objeto de proporcionar un análisis crítico, y por lo tanto contribuir a formar opinión.

Marta Lagos en una carta titulada “Présteme sus oídos”, sostiene que “comunicar no es un asunto del que emite la comunicación, sino un asunto del que la recibe”, para agregar que no son necesarios más diarios con información, “sino más personas que digan cosas que valga la pena escuchar (o leer)”. Y agrega, “¿de qué valen las noticias que no son noticias, informaciones que ya sabemos, otra que no nos importa, y también aquella que nos incomoda e inquieta?”, para luego preguntarse “¿Dónde está el motivo para escuchar?”.

Como lo expresé antes, en mi opinión, el interés o motivo para leer o escuchar una noticia es que ésta sea parte de un proceso y se encuentre proyectada en un contexto y eventuales proyecciones o consecuencias.

Si bien los hechos aislados, en sí son noticias, y la noticia es la narración de los elementos básicos del hecho, el público demanda hoy un mayor desarrollo de los mismos, ya que el crecimiento de las redes de información hace complejo comprender el real sentido, alcance o proyección de los acontecimientos. De ahí la importancia de dar una mirada de conjunto de los hechos, que de una u otra forma influyen en nuestra sociedad. Y así “entregar un recuento veraz, amplio e inteligente de los acontecimientos diarios, en un contexto que les dé sentido”, como sostiene el periodista y profesor Abraham Santibáñez, en Revista Mensaje N. 561 de agosto del año en curso, en un comentario titulado “La aspiración en duda: ¿una prensa libre y responsable?”.

De ahí la importancia de detallar o explicar el o los hechos principales y hacer una relación lógica de los asuntos a tratar precedida de una buena tarea de documentación que facilita no sólo la redacción sino, la comprensión clara y precisa de lo que se desea transmitir, que es la parte principal del proceso de la comunicación. Y así estaremos diciendo o escribiendo cosas que valga la pena escuchar o leer.

UPA Blog, (Universidad del Pacífico)
30 de Agosto 2007

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