Prensa Regional: temores y esperanzas

Conforman uno de los clubes más selectos del país. Están –literalmente, no en sentido figurado- desde Arica hasta Punta Arenas. Algunos de sus integrantes son jóvenes, poco más que adolescentes, mientras otros, aunque tal vez no gusten del calificativo de “venerables”, ya pasaron los cien años y avanzan hacia los 200. Son, por sobre toda otra consideración, prestadores de servicios. Lo hacen desde el fascinante y a menudo atemorizador desierto nortino hasta el borde de las aguas inquietas del Cabo de Hornos; están en medio de verdes y exuberantes valles y también en ciudades crecientemente grises y congestionadas; buscan con avidez a trabajadores, dueñas de casa, empresarios, deportistas aficionados y profesionales, universitarios y empleados de multitiendas o de modestos negocios de villorrios. Se sienten acosados –a veces indebidamente- por las autoridades y por quienes dirigen los destinos de sus comunidades.

Pero, por encima de todo, los responsables de los diarios regionales tienen la pasión por la información “veraz, leal y oportuna”. Lo demostraron durante tres días en Calama a partir del 1 de octubre en su encuentro anual. Y lo subrayaron en la Declaración de Calama con la cual cerraron sus debates en la cual expresan “su profunda inquietud ante algunas iniciativas de las autoridades gubernativas.. que ponen en riesgo la viabilidad económica de muchos diarios regionales”.

Los cerca de 80 directores, gerentes y editores de diarios participantes, representaban gigantes como El Sur de Concepción y El Mercurio de Valparaíso, y numerosas empresas de menor tamaño de las trece regiones. A pesar de sus coincidencias, también constituyen uno de los grupos más variados en cuanto a orientación. En una época de grandes conglomerados informativos, los diarios regionales –según diversos cursos y un estudio en los cuales me ha correspondido participar como académico de la Universidad Diego Portales- constituyen en la actualidad el conjunto más pluralista de intereses. Todos han asumido el interés de la zona en que se editan, a pesar de las banderías políticas. Están conscientes de que en la Sociedad de la Información, es decir en el nuevo mundo globalizado que se inauguró al final del siglo pasado, la mayor preocupación de las personas se centra en su entorno inmediato: el barrio en que viven, la seguridad personal, la economía casera, el trabajo, la educación de los hijos.

Los diarios regionales de Chile, en un momento en que muchos ven a los medios tradicionales como “amenazados por convivencia” por la irrupción tecnológica han comprobado que pueden tener una muy larga perspectiva de vida. Tienen experiencias que compartir para enfrentar sus problemas y así lo hicieron en este encuentro. Perciben cada vez más claramente que la innovación tecnológica puede ser su gran aliada, como les contó en Calama la especialista Janine Warner, de la Universidad del Sur de California. Y, además, quieren mantenerse permanentemente al día, mediante cursos para sus profesionales, y –junto con ello- han pedido a un equipo de la Universidad Diego Portales- que los ayude a conocerse a sí mismos, mediante un diagnóstico de su realidad. Es una investigación apasionantes en la cual se determinarán las características de contenido y presentación de una muestra representativa de diarios.

En Calama se mostró el primer avance de este trabajo. Pero, una vez más, lo verdaderamente impresionante es el trabajo que todos los días hacen todos los diarios regionales en todo Chile.

4 de octubre de 2003

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