Piedras Wi-Fi.

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

La gente de informática, y me incluyo, tiende a ser cachurera. Se nos dice que somos "llevados por la tecnología", y que estamos siempre atentos a aquello que está "por salir" o al menos, queremos ser los primeros en poder "jugar" con las nuevas tecnologías...

De hecho, ni siquiera se necesita que sea realmente "nueva", basta conque represente un avance "sustancial" (eso en la muy ambigua medida del propio interesado) respecto de la versión anterior.

La última "necesidad" evidente de todo informático que se precie de cachurero, sin duda que son las "piedras wi fi", emocionantes dispositivos de espionaje que permiten que uno llegue con su notebook o quizá con su palm con conexión de red inalámbrica (en adelante, seguiré usando "wi fi" es más rimbombante) al parque, y sin que lo sospechen los demás, transfiera informaciones confidenciales a los espías... "traidores de la patria"...

Lo interesante de esto, es que parece marcar el final de una época. Aquella donde los espías -liderados por James Bond, por supuesto- se adelantaban a la sociedad, presentándonos los más ingeniosos inventos que sólo podían ser construidos por genios ("Q" en las historias de Bond) utilizando para ello, toda la capacidad creativa de un país y contando con el irrestricto respaldo de sus gobernantes... (al menos, el suficiente como para destruir autos capaces de hacerse invisibles o cualquiera de los otros inventos, para hacer más atractivo el guión).

Pero volvamos a las piedras wi-fi del espionaje en  Rusia. Digo que marca el final de una historia, pues esto no es algo que se le haya ocurrido a un genio como Q, sino una aplicación práctica de lo que hoy hacen muchas personas en el mundo. En términos computines, lo llaman el "wardiving", y consiste en la búsqueda de redes inalámbricas con bajos o nulos controles de seguridad y, para los más avezados, el poder quebrar los códigos de acceso y entrar a las redes de distintas empresas. Pero esto no es algo de hoy o del último año... Hace un par de años que era un "deporte" para los informáticos que, armados con sus computadores portátiles, recorren la ciudad buscando accesos, lo suficiente como para que El Mercurio hiciera un reportaje... Pero hoy, ya parece ser una actividad normal más, que no reviste ninguna emoción especial. Ya es una "prueba superada". Hasta hay computadores que vienen con programas integrados, que -en una representación parecida a la de un sonar- muestran los posibles accesos más cercanos, la dirección en la que se encuentran y la fuerza de la señal (y de sus algoritmos de protección). Ya ni siquiera hay que moverse algunos metros para adivinar donde podría estar la antena. Ni mucho menos intentar una triangulación que le diera un toque de emoción. Basta mirar la pantalla, moverse en la dirección que la pantalla indica y listo...

Por eso me llama la atención lo de los espías británicos en Rusia. Meter un pequeño equipo computarizado con servicio wi-fi en una piedra, no es algo que requiera mucha tecnología. Todas las piezas están a la venta en casi cualquier tienda importadora de electrónica china, o en cualquier persa de la ciudad (bueno, salvo las piedras mismas). Su mayor problema es la alimentación eléctrica, y presumo que eso fue lo que, a la larga, terminó por exponer el sistema a otros ojos.

Cualquiera de nosotros, podría -si se lo propone- emular a los británicos. Quizá haya una piedra "wi-fi" cerca de Ud. Aún no son realmente chicas, la describían del tamaño de una sandía, pero quizá se puedan esconder sin problemas en un "jardín japonés". (eso, sin desestimar la importancia estética y contemplativa).

De paso, es un buen punto de conflicto para profesores. Tener un teléfono con acceso a Internet, era un problema, y varios pensaban en "blindar" los colegios y universidades para impedir esos accesos... Pero el que los alumnos coloquen un "basurero" (una piedra sería demasiado notoria) cerca de la sala donde dan prueba, y usan el equipo para subir y bajar respuestas, es más que posible.

Dicen que la tecnología "reduce las barreras" y en esta oportunidad es cierto... Ser un espía de pago por parte de una "potencia extranjera" está a la vuelta de la esquina, disponible para cualquier hijo de vecino, sin siquiera arriesgar la vida...

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