Transantiago, pero ¡ya!

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

Uno de los problemas más significativos que enfrenta cualquier persona encargada de implementar un nuevo sistema, es determinar si ha llegado o no el momento de "patear el enchufe".

Pero aclaremos un poco los conceptos: todos podemos imaginar un escenario ideal, que permite la transición entre un sistema (actual y cargado de problemas) a otro (nuevo, poderoso, desafiante). Incluso podemos elucubrar sobre el mejor camino (nuevamente idealizado) para lograrlo: establecer un calendario, proponer un esquema de inversiones, y marcar una fecha para la gran inauguración... Pero la realidad atenta contra el más elaborado de esos planes. Los problemas tienen esa capacidad especial para aparecer por donde menos se los espera. Y el plan se atrasa... Y los usuarios se molestan (unos por el atraso, otros porque no se ha desechado la idea). Por eso, en informática, alguien alguna vez tomó una decisión terminante y, en vez de seguir tratando de convencer "por las buenas", hizo lo impensable: pateó el enchufe del computador que sostenía el sistema antiguo, inventó que el viejo computador había fallado y terminó obligando así a los usuarios a utilizar el nuevo sistema. Y la idea se popularizó.

Uno de los ejemplos de sistemas con partidas no ideales, es el Transantiago. Llevamos ya un año y un mes (o casi) desde que se inició esta modalidad de marcha gris (no me parece sensato llamarla "marcha blanca") donde conviven los dos esquemas: por una parte hay máquinas nuevas, pero por la otra quedan buses amarillos; por una parte hay empresas, pero por la otra microempresarios; por una parte cobradores automáticos (sólo monedas) por la otra conductores que cobran y dan vuelto, aún de billetes de $5.000.-

Y por supuesto, como es costumbre en el último tiempo, tenemos una gran cantidad de opinólogos entregando sus infalibles recetas de cómo mejorar las cosas. Pero lo interesante, es que no hay punto de acuerdo. Unos opinan que debió partirse por la infraestructura (calles y paraderos) otros por la educación de los choferes (a pie forzado, de ser necesario) Incluso están los que opinan que los usuarios deben aprender por si mismos a manejar el nuevo sistema.

Para no ser menos, también entregaré mi opinión: creo que llegó el momento de patear el enchufe. Es eso o echar pie atrás y olvidarse del proyecto. No es posible que en las noches (último bloque horario: de 23:00 a 06:00) Santiago quede "abandonado" sólo por falta de locomoción (si, ya lo se, si se tiene el dinero quedan los radiotaxis)

No va a ser fácil (nunca lo es). Los usuarios vamos a reclamar (eso no nos lo pueden quitar), pero tendremos que aprender a usar el nuevo sistema con sus ventajas y desventajas. Mal que mal, ahora no nos hemos aprendido este sistema intermedio, simplemente porque a nadie le interesa aprender algo que habrá que olvidar en un par de meses...

¡Se va a requerir supervisión! Eso si es importante. Habrá que fiscalizar frecuencias, cumplimiento de horarios, respeto de paraderos, respeto de velocidad y un otras cosas, y habrá que hacerlo en todo horario (incluso domingos en la noche).

Hoy, el ser un usuario del sistema de transporte público de pasajeros de Santiago, es un problema. Hay frustración (no sólo por el sistema, eso está claro) y se está canalizando de mala manera (hay más de una denuncia de violencia contra de elementos y usuarios).

Si, se que la idea de febrero no parece mala, mal que mal, es cuando hay menos gente en la ciudad, así que se podrían ir acostumbrando de a poco... Pero como señalaron todos los teóricos de la reingeniería: eso no siempre es aconsejable, ya que significa que la gente no tiene seguridad ni confianza, los que tienen problemas primero, transmiten su ansiedad a los siguientes, transformándolo en un círculo vicioso.

¿Mi idea? Yo lo haría ahora al inicio de diciembre. Si, junto a las "buenas vibraciones" de la teletón, como manera de someter a todos a un shock único y rápido (del que hay que salir rápido, pues vienen las compras navideñas) y del que hay un verano entre medio para recuperarse (y llegar a marzo sin ese problema). Y ojo, la idea es hacerlo así, casi sin aviso. Que no haya tiempo de que salgan a protestar quienes quieran hacerlo...

¿Falta infraestructura? Por supuesto, pero también faltará en febrero. Y no sirve de mucho tener paraderos más altos (a la altura de la máquina, para no tener que subir o bajar) si los choferes aún no aprenden a acercarse a la vereda...

¿Hay calles con "eventos"? Si, y las seguirán habiendo. No está demás recordar que estamos en Chile y para que algo se corrija, debe llegar a, aproximadamente, el doble de daño del considerado relevante para corregirlo. (si, recién cuando el problema es suficientemente grande, nos empezamos a preocupar; y para cuando llega la solución, lo más probable es que el problema haya duplicado su tamaño)... Y ni hablemos de calles sin el tamaño suficiente para los buses articulados: ese problema se resuelve el día que se inicia el transantiago, pues esos buses son sólo para troncales (y los recorridos troncales no deben considerar calles angostas).

¿Falta educación en los conductores? SI, y seguirá así. La respuesta es simple de entender: no es que se deje sin trabajo a todos los conductores anteriores. Ni hay suficientes nuevos conductores, ni somos un país en condiciones de generar una nueva camada de cesantes. Igual, la "educación" se puede forzar por el simple hecho de pasar los partes que sean necesarios hasta que aprendan.

¿Falta educación en los usuarios? SI, y no va a cambiar hasta que sea necesario que cambie. Mientras no se aprenda a usar efectivamente los sistemas de fletes (si parece chiste, los "maestros chasquillas" suben con sacos de cemento, vigas de techos, cañerías de cobre, balones de gas, etc) y que hay limitaciones como no subir con animales (si, no importa cuan "lindo" sea el cachorrito; y mucho menos si está enfermo). Nuevamente, como en el caso anterior, también podemos forzar algo de educación. Dicho sea de paso, acuso recibo de una carta desde MapCity, quienes dicen estar trabajando en una versión completa para determinar opciones de traslado de un lugar a otro, incluyendo transbordos; habrá que estar atento al momento en que quede disponible a los usuarios.

¿Faltan fuentes de información? ¿falta señalética? Realmente no importa mucho. Si hacen lindos paraderos (y no me refiero a los estética y utilitariamente cuestionados), bastará el primer partido de fútbol de importancia y la mitad de ellos quedará inutilizado.

Van a faltar muchas cosas, pero son las mismas cosas que van a faltar en febrero o después de eso... Al final, sea ahora, sea en febrero o (y Dios no lo quiera) en otra fecha, al final va a ser necesario patear el enchufe. Y recordando la sabiduría popular: al mal paso, darle prisa...

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