De lo inmediato a lo permanente...

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

Decir que Internet es el mundo de lo inmediato, para muchos es caer en un lugar común... Todos, de una manera u otra, aceptamos que vemos lo que hay en ese instante de tiempo, sin cuestionarlo... Más aún, muchos usan Internet como “prueba de realidad” (si está pasando, algún sitio tiene que estar informándolo, si nadie lo informa, entonces no pasa).

Como profesor guía de trabajos de título, (y también como informante) he tenido que explicar en múltiples oportunidades, la necesidad de que el alumno que entrega su informe de título, incluya un respaldo de aquellos sitios que visitó y de los cuales obtuvo parte de la información en la que sustenta –a modo de bibliografía digital- los contenidos de su informe. Y eso, porque todos asumen que si es una información “seria”, va a permanecer inalterada en el tiempo.

Pero no es así. La información se está modificando y actualizando y no todos tienen el suficiente respeto por sus lectores, como para contarles que había en la página hace una o dos semanas... Ni siquiera informan cuando fue la última vez que actualizaron la información o por qué.

Esta situación golpeó fuerte esta semana, a raíz del cuestionamiento que se hizo del curriculum del candidato presidencia Sebastián Piñera. En dicho curriculum, se hacían un par de afirmaciones que no eran del todo exactas y por ello, al finalizar la semana, se publicó una versión corregida que incluye imágenes de algunos de los diplomas que el candidato a merecido.

Y si bien, el caso es un tema anecdótico, inflado por la contienda electoral (y por el hecho de que desde su comando, empezaron los ataques curriculares) no es el primer caso en Internet y mucho me temo que tampoco será el último...

Partiendo por mis alumnos, ya en varias oportunidades ha ocurrido que las páginas que con tanta emoción citaban, han dejado de existir. Sea que cambió el contenido, sea que cambió la orientación del sitio, o incluso sea que el que pagaba por publicar decidió que ya no era rentable y cerró el sitio...

No sólo eso, medios reconocidamente serios, como emol, acostumbra a declarar que una noticia está “en desarrollo” mientras no se ha cerrado. Así advierte a sus lectores que esa no es la última palabra y que podría cambiar. No obstante, recuerdo un par de ocasiones en que -cuando menos- se han hecho cambios “cosméticos” a noticias ya cerradas (más que nada, en titulares que se prestaban para malas interpretaciones).

La naturaleza inmaterial de Internet, impide tener un referente fiel del original. Es demasiado fácil tomar un texto y cambiarlo, o una imagen y modificarla para que parezca que se dijo u ocurrió algo que no es así. E incluso (recordando un evento en una discoteque de Arica hace un par de años) hay quienes van a intentar esconder la realidad, en la posibilidad de que textos, fotos o videos, pueden haber sido maliciosamente alterados.

Necesitamos medios para poder tener mayor confianza en lo que vemos en Internet... Desde esa perspectiva, es interesante lo que está haciendo LUN, de los titulares destacados en la página, para leer la noticia se despliega una digitalización de la página impresa. Sinceramente, estoy esperando poder detectar algún error ortográfico, para ver si la página digital la mantiene (fidelidad del original) o la corrige (evitando la propagación del error).

A los profesores aún nos preocupa que, una vez corregida y entregada la prueba, los alumnos cambien contenidos para poder optar a un mejor puntaje. Y utilizamos las oportunidades físicas que tenemos e invocamos principios éticos superiores para que ello no ocurra. Pero no hay mejor educación que la que da el ejemplo, y cuando los alumnos ven que las páginas "cambian" ante sus ojos, sin ninguna explicación que lo justifique o al menos lo reconozca, entonces hay un problema social superior.

Como decía más arriba, hay un conflicto de intereses entre mantenerse fiel a lo publicado originalmente y evitar la propagación de un error involuntario. Una cosa es una falta de ortografía que no afecta el entendimiento del párrafo, pero otra muy diferente es dar a entender una cosa, luego hacer un cambio "cosmético" y dar a entender otra. Lo peor, es que una vez leído (y propagado el error) ya rara vez se vuelve a confirmar que el sitio aún dice lo mismo. No es fácil reconocer el error y menos publicarlo, pero así como vamos, parece ser cada vez más necesario. Al menos en Internet.

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