¿Problemas con los vecinos?

La reacción oficial ante Argentina, bien; con Bolivia, no tanto.

Aunque en Guadalajara no se produjo una repetición del espectacular enfrentamiento entre los presidentes de Chile, Ricardo Lagos, y de Bolivia, Carlos Mesa, que se produjo anteriormente en Monterrey, las relaciones entre nuestros dos países pasan por un tenso período. El prestigioso diario norteamericano The New Times lo explica como “el síndrome del niño rico de la cuadra”. El buen manejo económico de nuestro país despierta, al parecer, resentimientos nuevos... y también algunos antiguos. La ciudadanía, cualquiera sea el origen del problema, reconoce que está preocupada. Y, además, piensa que el manejo de nuestra Cancillería deja que desear.

Todo indica que el próximo episodio de esta larga teleserie ocurrirá sobre un escenario ecuatoriano, en Quito, cuando se reúna la Organización de Estados Americanos y el gobierno de La Paz vuelva a la carga. Entremedio se han ido acumulando incidentes de distinta magnitud. Se han registrado algunos inéditos episodios en la frontera. Y, sobre el mapa sudamericano, el anuncio del regalo del venezolano Hugo Chávez a Bolivia (una flotilla de aviones Mentor en desuso) y la proposición argentina de canjear por aviones de fabricación propia el gas boliviano, dibujan una gran interrogante acerca del futuro.

Hasta ahora, la respuesta oficial chilena es de cautela. El Presidente Ricardo Lagos ha sembrado en terreno fértil en América Central y ya empezó a tener una buena cosecha. También se pretende impedir que se encienda nuevamente la guerrilla de dimes y diretes con Venezuela. Pero, como es inevitable, a los chilenos, todo esto les parece que es mucho más que una molestia pasajera.

Encuestados por la Universidad Diego Portales por convenio con Publimetro, dos tercios de 300 santiaguinos mayores de 18 años (66,3 por ciento.) dijeron que “los problemas que ha tenido Chile con los países vecinos” son “preocupantes”. De manera significativa, un 27,3 por ciento, fue más allá y los calificó de “graves”, mientras que sólo al 6,3 por ciento le parece que no tienen importancia.

Entrando en las situaciones específicas, es obvio que el tema de la reivindicación marítima boliviana concentra la mayor preocupación. Lo novedoso es que apenas uno de cada cinco encuestados (19,3 por ciento) cree que lo ocurrido en el último tiempo es un reflejo de “la actitud de siempre”. Una clara minoría (siete por ciento) sostiene que la reclamación es “justa”, y una abrumadora mayoría (73,7 por ciento, prácticamente tres de cada cuatro) estima que esta vez se les pasó la mano y consideran su posición “excesivamente agresiva”.

Este es un punto inquietante, ya que en el futuro, cualquier negociación deberá tener en cuenta el sentimiento popular. Si el gobierno boliviano insiste en generar fricciones en el nivel más alto –y funcionarios menores, con cualquier pretexto, los imitan como ha ocurrido en la frontera- es inevitable que el ambiente se haga cada vez menos propicio para el necesario entendimiento entre nuestros dos países. Un síntoma es la reacción ya registrada: menos de la mitad de los encuestados (47,3 por ciento) creen que “en los últimos problemas fronterizos con Bolivia, la actitud chilena ha sido la correcta al responder con cautela”. “Palabras sacan palabras”, dice el refrán, y las actitudes de provocación generan enojo: la mayoría (52, 7 por ciento) discrepa con la actitud oficial. El 37,7 por ciento cree que se trata de una actitud “tibia”, ya que “se debería haber manifestado la molestia con más fuerza”, mientras un grupo importante, pero menor (15 por ciento) la estima “mala”, señalando que Chile “no ha sabido hacer respetar su soberanía”.

Con respecto al tema del gas argentino, la opinión que se registró en esta consulta es diferente. Es evidente que la relación con Argentina no está al mismo nivel que con Bolivia y, sobre todo, mientras los efectos del corte de suministro de gas no se adviertan en la vida cotidiana, no tendrá el impacto emocional que ha tenido siempre la aspiración boliviana de salir al mar.

La pregunta fue: “¿Usted cree que Chile ha manejado el tema del gas argentino a) bien, b) más o menos, c) mal?”.

Y la respuesta mayoritaria –típicamente chilena, dirán los humoristas y los sociólogos- fue: “Más o menos” (55,7 por ciento). Ello, sin embargo, no debe entenderse como una aprobación a fardo cerrado, sino como una crítica, ya que la pregunta incluyó un significativo apéndice: “Se podría haber hecho más”.

El resto de las opiniones osciló entre el aplauso: “Bien. La Cancillería ha hecho lo necesario” (16,3 por ciento), y la crítica total: “Mal. Claramente Argentina nos perjudicó” (ocho por ciento).

Y usted ¿qué cree?

Publicado en el diario Publimetro (se puede leer en linea desde metropoint.com) el 3 de Junio de 2004

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