El siglo del envenenamiento global.
La buena noticia es que los friolentos sufrirán cada vez menos. Lo malo es el costo: el calentamiento global, según un informe recién presentado en París, hará desaparecer centenares de islas en el Pacífico y otros océanos y significará un categórico aumento en las olas de calor y las catastróficas trombas de agua en el Caribe y el Atlántico. Aunque aumentarán las lluvias en las tierras altas, grandes regiones del planeta -en especial China y Australia, pero también el norte de Chile- estarán cada vez más secas. La reunión del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático celebrada en la capital francesa no pecó de optimismo. Apuntó sus dardos sin reservas a la responsabilidad humana. El informe, dado a conocer el viernes 2 de febrero, sostiene que el aumento constante de las temperaturas desde mediados del siglo XX se debe muy probablemente al aumento de la concentración de gases en la atmósfera por el efecto invernadero. La mayor temperatura podría llegar, en el peor de los casos, a 6,4 grados centígrados en promedio a fines de siglo. En el año 2001, el cálculo realizado por el mismo grupo indicaba un aumento de hasta 5,8 grados. El resultado, según se estima, es que el nivel del mar podría aumentar entre 18 y 58 centímetros. No se hacen más precisiones porque no se conoce con certeza el ritmo al que se funden las nieves eternas y los hielos polares. Pero lo más grave es otra afirmación del grupo de expertos que se acaba de reunir en París: no importa los esfuerzos que se hagan, los resultados no se verán de inmediato. Al contrario, pueden pasar siglos antes que las condiciones cambien positivamente. A pesar de la gravedad de la denuncia, el tema ambiental todavía genera rechazos, algunos abiertos, otros más disimulados. Según Le Monde, el 30 de enero los activistas de la Unión de Científicos Comprometidos hicieron pública una encuesta realizada a más de 600 investigadores norteamericanos. Más del 45 por ciento de ellos admitió haber sufrido presiones o saber de presiones para censurar términos como cambio climático o calentamiento global. La Unión señala que ha comprobado 435 casos de censura en los últimos cinco años y atribuye la responsabilidad a los lazos del gobierno de George W. Bush con las petroleras. Una de ellas, la Exxon Mobil estaría ofreciendo -este dato lo publicó The Guardian, de Inglaterra- diez mil dólares de premio a quienes refuten las conclusiones del Grupo Intergubernamental. De ser así, sería una oferta muy exigua: al terminar enero, la Exxon Mobil dio a conocer sus espectaculares ganancias del 2006: 39 mil 500 millones de dólares de ganancia, es decir 6,62 dólares por acción, según consignó The New York Times. Este resultado -muy parecido al de la otra gran firma del rubro: la Royal Dutch Shell- se logró a pesar de los altibajos en el precio del petróleo. Pero es una victoria de doble filo: en el Congreso norteamericano, ahora controlado por los demócratas, se alzan voces para aumentar los impuestos y, más importante, para exigir a las petroleras que pongan más de su parte en la lucha contra el calentamiento global. Por ahora, lo único seguro es que hará menos frío en los próximos inviernos. Y que, como el resto de los océanos, el Pacífico irá aumentando -lentamente, esperemos- su actual nivel.
Publicado en el diario El Sur de Concepción y La Prensa Austral de Punta Arenas |