Pensamiento
palabra, obra y opinión
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Periodismo libre y responsable

La vida de María José Lecaros, desde que la conozco, ha estado marcada por su participación en “la Obra”, el Opus Dei. Ella no hace alarde de su filiación religiosa, pero no cuesta percibirlo, a cada momento, tanto en el mundo académico, donde la conocí cuando ella estudiaba Periodismo en la Universidad Católica, o profesional. Es creyente y practicante, sin que eso cierre su permanente disposición al diálogo, abierta a las opiniones diferentes y defensora de la libertad de expresión sin otro límite que la responsabilidad ética.

Durante largos años compartimos tareas en el Consejo de Ética de los Medios y puedo dar fe de su seriedad y dedicación. Como presidenta desde el alejamiento de Arturo Fontaine Aldunate, a la gran obra de su antecesor agregó sus propios atributos. A María José Lecaros le correspondió presidir el Consejo (una de las instancias de autorregulación periodística de nuestro país, junto con el Tribunal de ética y disciplina del Colegio de Periodistas), en momentos complejos y difíciles. El “caso Spiniak”, primero, y luego el debate sobre la información económica y financiera, aparte de decenas de otras situaciones, requirieron una sabia mezcla de prudencia y compromiso con la libertad.

Como es obvio, los resultados nunca dejan contento a todo el mundo, pero somos muchos, en los medios y en la academia, los que valoramos los lineamientos entregados tras exhaustivos análisis. Al final, en todos los medios de comunicación, la responsabilidad ética queda en manos de personas –reporteros y editores- que tienen experiencias y criterios propios y por ello es imposible entregar normativas precisas o exigir su estricto cumplimiento. Lo que vale es el caso a caso, la reflexión permanente y, por cierto, la idea de que el periodismo es un servicio que debe basarse en valores compartidos: la búsqueda honesta de la verdad y el respeto a la dignidad de las personas.

Arturo Fontaine, a comienzos de los años 90, postuló que esta nueva instancia ética –el Consejo, recién creado por la Federación de Medios- no debía tener un Código, como el Colegio de Periodistas, sino que tendría que generar su propia jurisprudencia. El resultado ha sido positivo, como se vio en mayo pasado, cuando se entregó el libro resumen: “Quince años. Información y Ética”. En esta síntesis de su historia y desarrollo, basado en los primeros 140 casos tratados, María José Lecaros sostuvo que “se descubre en los textos (de los fallos) una preocupación permanente por la libertad. Una libertad de expresión que se concreta como una libertad de los medios para procurarse su propia política editorial, para informar con calidad. Una libertad al Consejo para cumplir su cometido.

Los fallos, agrega, dejan constancia de lo exigente que fue el Consejo en pedir responsabilidad a los medios, a cada uno según sus posibilidades, una responsabilidad real, no meramente declarativa… Los fallos muestran el valor asignado al trabajo profesional, la preocupación por alertar frente a costumbres aparentemente poco importantes que disminuyen la calidad profesional, por proponer ideas frente a las nuevas fórmulas, nuevos estándares, nuevos desafíos”.

Este Consejo no ha sido por cierto la única preocupación de María José Lecaros, a quien se acaba de conceder el Premio establecido por la embotelladora Andina y Coca Cola, en alianza con el Colegio de Periodistas. Pero sigue siendo uno de los hitos fundamentales de su carrera periodística.

A. S.

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Fecha Edición:
07 de Septiembre de 2008