Confesiones de un terrorista
Las dudas empezaron en el momento mismo en que el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos dio a conocer la confesión del cerebro del atentado contra las torres gemelas en Nueva York. Según el comunicado oficial, Khalid Shaikh Mohamed, detenido en Afganistán hace cuatro años, habría reconocido su trascendental papel en los atentados: Fui responsable de la operación 9/11 (septiembre, once, según la terminología norteamericana), de la A a la Z. Y no solo eso. También habría estado -según esta confesión que en términos chilenos se calificaría como extrajudicial- detrás de 31 acciones terroristas. En el detalle incluye el atentado de Bali, que costó la vida a más de 200 personas, en su mayoría jóvenes turistas australianos, pero agrega otros, incluyendo el primer atentado contra las torres gemelas en 1993. Igualmente, habría planeado, sin concretarlos, ataque diversos en varias partes del mundo, desde uno contra el símbolo más tradicional de Gran Bretaña: el Big-Ben, hasta el Canal de Panamá y la sede de la NATO. En la lista de blancos posibles menciona al Papa Juan Pablo II (durante su visita a Filipinas), varios ex Presidentes norteamericanos y el propio Bill Clinton (también en una visita a Filipinas). La duda es comprensible. Los atentados de Nueva York, Washington (el Pentágono) y Bali, con su trágico saldo de unos 3.000 muertos, cientos de heridos y personas traumatizadas sicológicamente, efectivamente existieron. Alguien los planificó aunque no está claro que haya habido un solo cerebro. Llama la atención, además, la imaginativa gama de recursos desplegados: aviones secuestrados, auto-bombas y zapatos explosivos. En este último caso, del cual también se habría reconocido responsable, Khalid Shaikh Mohamed, se trata del incidente en que un pasajero trató de hacer estallar en un avión en vuelo un artefacto instalado en sus zapatos. Pero la fuente de las dudas son fundamentalmente dos: 1.- Las condiciones en que habría confesado Khalid Shaikh Mohamed. El gobierno norteamericano entregó la transcripción textual de su presentación ante un tribunal militar, el sábado 10 de marzo. El documento reconoce que el detenido reclamó por las condiciones de su detención y, pese a algunos párrafos censurados, queda en claro que ha sido torturado. Sin embargo, declara reiteradamente que en esa instancia habla sin estar sometido a ninguna coacción. 2.- La poca credibilidad del gobierno de George W. Bush a partir de la afirmación de que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva, con lo cual se justificó la desastrosa invasión a Irak. Este es un punto crucial. La confesión salió a la luz en el momento en que el gobierno norteamericano necesita desesperadamente dar un vuelco a su deteriorada imagen. Parece más un recurso propagandístico que una revelación legítima. Es posible, a fin de cuentas, que este personaje, efectivamente tenga el nivel que se atribuye y haya participado en alguno de los atentados por los cuales se incrimina. Pero parece demasiado cómodo para las autoridades norteamericanas que se haga responsable de prácticamente todos los grandes atentados realizados o denunciados en más de una década, desde Europa a Estados Unidos, desde Asia hasta Africa. Y hay un argumento adicional para una última duda: Khalid Shaikh Mohamed se rehúsa a jurar y para ello cita al Corán. Y comenta: ustedes (los norteamericanos) hacen juramento de decir la verdad y mienten. El que yo no jure no significa que mienta. Tal vez. Pero ¿quién puede asegurarlo?
15 de marzo de 2007 |