Los fallos del Consejo de EticaSantiago, 25 de Agosto de 2002 En una ceremonia casi íntima, la Federación de Medios de Comunicación, que preside Jaime Bellolio, hizo entrega al público del libro resumen de los fallos de la primera década de existencia del Consejo de Etica de la Federación. En la oportunidad, junto con rendir homenaje a los consejeros que por diversos motivos no han continuado en el organismo de autorregulación de las empresas de prensa, radio y televisión, se informó oficialmente de la renuncia de Arturo Fontaine Aldunate, quien ha presidido el Consejo desde su fundación. La ceremonia se realizó en medio de un ambiente de seguridades de que el consejo es plenamente valorado por los medios. Es una reafirmación necesaria. Cuando se creó, el consejo apareció como una respuesta positiva a una extendida inquietud frente a una amenaza cierta contra la libertad de expresión. A comienzos de la década de 1990, después de la recuperación democrática, el asesinato del senador Jaime Guzmán hizo crecer en algunos sectores la sensación de que los medios se estaban propasando y que alentaban la siembra de odios, por lo que era necesario fijar nuevas normas para prevenir excesos. En ese momento, visionariamente, Roberto Pulido, entonces presidente de la Asociación Nacional de la Prensa, propuso la creación de un organismo autorregulatorio, que conjugara la libertad con la responsabilidad, sin intervención de poderes ajenos a los propios medios. Surgido de los medios escritos, el Consejo se consolidó rápidamente con el apoyo de la Archi y de Anatel. Con el tiempo, sin embargo, pasado el susto inicial, los medios no siempre han acogido con el mismo entusiasmo la tarea del consejo. No le han dado la difusión que necesita para que su labor sea efectiva y todavía hay quienes lo perciben más como una limitación que como una manera de facilitar el ejercicio en plenitud de la libertad en materia informativa. Para quienes integramos actualmente este organismo, resultan muy valiosas las seguridades de que las asociaciones que integran la Federación de Medios y, por lo tanto, cada uno de los medios afiliados a ellas, creen en la validez de este mecanismo autorregulatorio. Pero, sobre todo, ellas son importantes y valiosas para los lectores, auditores y telespectadores que tienen derecho a una información libre y, al mismo tiempo, responsable.
Abraham Santibáñez
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