Nuestra increíblemente frívola televisiónSantiago, 23 de Mayo de 2004 El matrimonio del Príncipe de Asturias y la periodista Letizia Ortiz mostró, una vez más, lo mejor y lo peor de nuestro periodismo, especialmente en televisión. Lo mejor es, naturalmente, la capacidad tecnológica y los recursos desplegados. Lo peor: la cantidad de observaciones intrascendentes que se dijeron y en esto es difícil hacer distingos entre medios audiovisuales y escritos. Los escritos dejan huellas. Los audiovisuales quedan retintineando en el oído, como los nada caballerosos comentarios en TVN sobre la belleza de algunas mujeres a cargo de un panelista con sotana o la observación de que El Mesías había sido una concesión al gusto popular, según acotó una enviada especial que habitualmente demuestra más cultura. El director de una Escuela de Periodismo le pronostica corta vida al matrimonio de los Príncipes de Asturias porque la novia ha tenido idilios breves, incluyendo su primer matrimonio. Los modistos nacionales hacen diagnósticos sobre lo que han visto a la distancia con la seguridad de quienes han ganado todos los campeonatos en la materia.... No es la primera vez. No hace mucho, aunque después la directora de prensa de TVN mostró públicamente su extrañeza porque el tema se convirtiera en un editorial, muchos chilenos nos asombramos de la lamentable falta de conocimientos de los entrevistadores que enfrentaron al Presidente de Bolivia. En días de delicadas relaciones exteriores, lo mínimo que habría que exigir es un poco más de preparación en un caso así. Por eso no es de extrañar, claro, que frente al matrimonio del quien está destinado a ser el futuro Rey español, haya importado más el chismorreo que la información con fundamento. A este paso, es posible que para la APEC, a fines de año, se le pida al Kike Morandé que modere un foro de personalidades del bloque Asia Pacífico. Y si falla, siempre está a mano el profesor Salomón....
Abraham Santibáñez
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