Hacer política de manera responsableSantiago, Domingo 22 de Octubre de 2006
En la etapa actual, la derecha parece haber decidido que entre el populismo y los principios, es mejor optar por el halago fácil al votante, de ahora o del futuro. Eso explica que salvo el alcalde Cristián Labbé, de Providencia- sus representantes se hayan puesto mayoritariamente del lado de los jóvenes pingüinos en su segunda arremetida. O que, frente al bochornoso error de cálculo de las nuevas tarifas de la electricidad: a) reclamen responsabilidades políticas porque no basta con acudir a la justicia y b) que proclamen que falta una política que proteja a los consumidores. Lo primero significaría, lisa y llanamente, violentar el estado de derecho, anticiparse al veredicto de la justicia, lo mismo que antes condenaron cuado afectó sus intereses. Es una evidente inconsecuencia. Lo segundo, más grave en cuanto por su flagrante falta de responsabilidad, es que precisamente buena parte de los problemas energéticos de Chile se origina en una política populista, como la argentina, que al fijar las tarifas, desincentivó las inversiones. Es cierto que en todos estos casos los problemas de la calidad de la educación y el alza de la energía, desde el petróleo a la electricidad- el consumidor se ve directamente afectado, situación que debería ser la principal preocupación de cualquier iniciativa política responsable. Pero es necesario aceptar el hecho básico de que el precio de la energía no depende de nosotros y que es necesario buscar soluciones de más largo aliento que seguramente afectarán a algún sector (sea los ecologistas como Tompkins o los enemigos de la energía nuclear). No hay, en esta materia, como en ninguna otra, soluciones mágicas: indoloras o instantáneas. Pero sí hay aproximaciones responsables, coherentes con lo que se predica. Hacer política en serio es dejar de lado el discurso que promete mucho desde la oposición y que después, cuando no se logra lo que se ofreció porque nunca fue posible, desde la misma oposición se ataca con saña al gobierno... que advirtió de los problemas. La de Michelle Bachelet no es una administración perfecta. El problema con el cálculo de las tarifas eléctricas demuestra que puede cometer errores inexcusables. Pero la oposición debe entender que con su discurso obsesivo no logra que se olviden sus culpas ni gana posiciones para el futuro.
Abraham Santibáñez
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