Periodistas: otra "deuda histórica"Santiago, 5 de Octubre de 2008 A la hora del recuerdo, el Plebiscito de 1988 sigue siendo para muchos chilenos la fecha de la más grande epopeya cívica de nuestra historia. Se ha abundado en el punto: nuevas informaciones se han agregado a lo que ya se sabía o intuía, han reaparecido muchos de los variados personajes que matizaron la jornada. Falta, sin embargo, un recuerdo para los periodistas y los medios que ayudaron decisivamente al buen éxito de la campaña por el "No". Se recuerda merecidamente a los mártires, especialmente a José Carrasco, el más emblemático de todos. En una lista necesariamente llena de omisiones, hay que mencionar a otros colegas: a los que no sobrevivieron, asesinados, exiliados o afectados por el dolor inmenso de la pérdida de la democracia, su habitat natural como Patricia Verdugo, Luis Hernández Parker, Mario Planet, Edwin Harrington, Augusto Olivares, Eugenio Lira Massi, y tantos otros. También es bueno hablar de los que sobrevivieron: Mónica González, María Olivia Mönckeberg, Patricia Collyer, Alberto "Gato" Gamboa, Mario Gómez López, Hernán Millas, Guillermo Blanco, Emilio Filippi. Y la lista es larga… No olvidemos tampoco a los medios: La Época, Fortín Mapocho, dos diarios fundamentales. Y las revistas: Hoy, Análisis, Cauce, Apsi, el Boletín Solidaridad, la Bicicleta. Durante la dictadura estos medios trabajaron ejemplarmente, pese a las dificultades de todo tipo, las acusaciones de ser "antipatriotas" y la falta de apoyos. Pero, en la década que siguió al plebiscito, murieron uno tras otro. El periodista norteamericano Ken Dermota ("Chile inédito"), propuso varias explicaciones que ayudan a entender lo que pasó. En algunos casos, como ha planteado reiteradamente Juan Pablo Cárdenas, el primer gobierno democrático bloqueó la ayuda a Análisis. Dermota cree que también influyó el cambio de prioridades en quienes ayudaban desde el exterior, que empezaron a mirar hacia el Este luego de la caída del Muro. Sin embargo, la explicación que más me duele, es la que dice que, en democracia, los políticos, les dieron vuelta la espalda a los medios de “oposición”. Muchos de ellos habían recurrido permanentemente a ellos para mantenerse vigentes: daban entrevistas, informaban de sus actividades, opinaban cada vez que tenían oportunidad, ya que las páginas de los medios tradicionales se les negaba el espacio o se los entregaban con cuentagotas. Desde que se empezó a desmoronar el régimen militar, las cosas cambiaron. Hubo mejor disposición en los grandes medios… y la mayoría de los políticos recurrieron a ellos con avidez. Era una gran oportunidad para quienes buscaban votos o retornar, en gloria y majestad, a su mundo de siempre. No solo eso: además, les dieron vuelta la espalda a quienes halagaron antes con entusiasmo. No fueron todos. Pero sí una gran mayoría: El compromiso político exige todo tip de sacrificios, como sabemos desde que se estrenó La Pérgola de las flores, con Justo Ugarte como alcalde, modelo del oportunista simpático. Veinte años después, debería empezar a valorizarse lo que hicieron estos medios y estos periodistas. Es otra de nuestras grandes "deudas históricas". Abraham Santibáñez
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