Una televisión, distintas moscas.
Columnista invitado: Alejandro Kirk . ¿Es un aporte chileno al estilo periodístico televisivo mundial que mientras habla Amaro Gómez-Pablo su colega Consuelo Saavedra asienta, sonría, lo mire con ternura o ponga cara de consternación o furia según el tenor de la noticia? Después del día de máximo calor jamás registrado en primavera, un reportero y un meteorólogo de TVN salieron a las calles con un termómetro ambiental. Mostrando el aparato, el experto nos reveló que dentro del Metro la temperatura era cuatro grados superior a la de afuera, y en un bus, tres. Comprobaron también que dentro de un auto cerrado y bajo el sol, la temperatura llegaba a 56 grados. Todos los entrevistados dijeron que tenían mucho calor. A una señora con un parasol le preguntaron si estaba protegiéndose del sol. A un hombre que bebía agua, le preguntaron si tenía sed. Y luego nos informaron que entre las técnicas santiaguinas para enfrentar el calor se cuenta el uso de ropas de verano. Quien quiso enterarse de los motivos de la huelga de los empleados públicos, debió llamar directamente a la ANEF. Porque en la televisión escuchó sólo la opinión de las personas perjudicadas, vio la basura botada por las calles y las mercancías amontonadas en las aduanas. Escuchamos en cambio, varias veces y en todos los canales, a un señor llamado Julio Dittborn, diputado de la República, decir que la propuesta de un porcentaje de aumento diferenciado (o sea, más para quienes ganan menos y menos para quienes ganan más) es injusta, "porque la inflación es igual para todos". Nadie repreguntó sobre esta afirmación, que en rigor es cierta, porque cada uno gasta de acuerdo a sus ingresos, y no es lo mismo tener un auto de ocho cilindros que andar en el Transantiago por 380 pesos. Además, los pobres no tienen empleada, jardinero ni institutriz, que cuestan cada día más. ¿Existe un manual de estilo que obliga a los reporteros a gritar las noticias y a repetir muletillas? "Estamosse en estosse momentosse en lo que es el Estadio Nacional, específicamente en la cancha, para lo que será el partido entre Chile y Uruguay porque, hay que decirlo, el esquema Bielsa ha generado mucha expectativa. Los invito a revisar las imágenes". Un día de marzo anoté lo siguiente, desde La Serena, de una radio: " Es lo último en cuanto a lo que fue la temporada veraniega". ¿Es un aporte chileno al estilo periodístico televisivo mundial que mientras habla Amaro Gómez-Pablo su colega Consuelo Saavedra asienta, sonría, lo mire con ternura o ponga cara de consternación según el tenor de la noticia? Ya ni siquiera vale la pena pedir calidad, coberturas de contexto o que suban un poco la edad intelectual teórica de la audiencia. Pido, apenas, que aprendan a hablar, que no griten, que no me hagan morisquetas al leer noticias y que no informen que cuando llueve uno se moja. Suena como insulto, ¿sabe? No pediría nada de esto si hubiese opciones, pero es que en nuestra televisión rige plenamente el elegante refrán aquel de "el mismo mojón con distintas moscas".
Publicado en La Nación, el jueves 29 de noviembre de 2007 |