Para los judíos devotos, la "mezuzah", un pequeño estuche donde se guarda un texto bíblico, es parte de la vida diaria. Generalmente se coloca junto a la entrada de la casa, y cada día, al salir o al llegar, el creyente recita un versículo del Salmo 121: "El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre".
Susy Kreiman no sólo era devota. En la mejor tradición de las madres judías, pese a su notable dedicación al prójimo, siempre trató de pasar inadvertida. Era, también, lo que correspondía como esposa de un rabino. Y este rabino no era, por cierto, un personaje oscuro o sin historia. Por el contrario, Angel Kreiman ganó notoriedad por su trabajo en favor de los derechos humanos junto al cardenal Raúl Silva Henríquez,en el tenso ambiente público chileno de los años 70 y 80.
A comienzos de esta década, cuando se trasladó a Buenos Aires, a trabajar en su labor de ayuda a los necesitados en el edificio de la AMIA, la Asociación Mutual Israelí Argentina, la agrupación de las organizaciones judías locales, Susy puso una "mezuzah" en la puerta de su oficina.
Allí estaba, cuando el 18 de julio de 1994, una poderosa explosión destrozó el edificio y arrebató la vida a 87 personas. Entre los restos de la construcción, los grupos de rescate encontraron el pequeño estuche religioso que luego fue positivamente identificado como el que Susy tenía a la entrada de su oficina.
El hecho fue recordado, cuando la Municipalidad de Las Condes y la Fundación Susy Kreiman inauguraron un sobrio monolito y una pequeña plazoleta en su recuerdo y el de las restantes víctimas del atentado terrorista.
La ceremonia se realizó justo cinco años después del atentado en el bandejón central de Avenida Presidente Riesco al llegar a Alonso de Cordova, en la capital.
Fue una ceremonia emotiva. "Triste, pero hermosa", según coincidieron invitados como el rector de la Universidad Diego Portales, Manuel Montt Balmaceda, y el ex-senador Máximo Pacheco, de activa labor en defensa de los Derechos Humanos en los años del régimen militar..
Triste, con lágrimas de maduros ciudadanos judíos que escucharon la voz milenaria de los salmos y gargantas apretadas.
El alcalde de Las Condes, Carlos Larraín Peña, recordó que el consejo municipal tuvo una doble razón para tomar la decisión de dedicar este lugar al recuerdo de Susy Kreiman y el resto de las víctimas del atentado. Fue, dijo, el rechazo a la violencia terrorista y el rechazo al antisemitismo de sus autores.
El homenaje a Susy Kreiman, de vida breve, pero hermosa y fecunda, culminó cuando, sus dos hijas "lolas", colocaron la "mezuzah" recuperada de los escombros del edificio de la AMIA, sobre el monolito erigido en su recuerdo en el barrio alto santiaguino.
Quienes creen en Dios -no sólo los judíos- tienen buenas razones para pensar que el versículo del salmo se sigue cumpliendo para Susy Kreiman: "El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre".
Publicado en El Sur. Concepción.
Julio de 1999