Lecturas de verano
El gran desafío de las vacaciones, para quienes cultivan la pasión (o el vicio, si se prefiere) de la lectura, es qué leer en este tiempo. Si se trata sólo de entretención hay mucho. La "industria editorial", por algo la llaman así, es pródiga en aventuras, en "technothrillers" que compiten con la televisión y que, además, vienen sin comerciales y son portátiles. Pero también hay otro tipo de lectores y lecturas. De la avalancha de libros que se produjo alrededor de los 30 años de nuestro 11 de septiembre, el año pasado, me atrevo a rescatar tres: 1.- "Yo, Augusto". Esta obra enciclopédica (1.022 páginas) de Ernesto Ekaizer, un periodista argentino con experiencia en "El País", de España, y que cubrió la detención del senador vitalicio en Londres, ofrece una amplia perspectiva de las tres décadas que empezaron con el golpe de Estado. Recoge mucho de lo publicado en Chile y en el extranjero, incluyendo los documentos desclasificados de la CIA y algunas intimidades de la diplomacia española, lo que lo hace atractivo y muchas veces estremecedor. También resulta conmovedor el recuerdo de algunos casos humanos todavía poco difundidos, como los de Eugenio Ruiz-Tagle o Carlos Berger. Extraordinariamente preciso en sus descripciones, tiene algunos errores que pueden restarle credibilidad, especialmente entre quienes prefieren no creer que algunas cosas como las aquí descritas sí ocurrieron. Por ejemplo, Ekaizer dice que el Estadio Chile es un "estadio de fútbol" o se refiere al hijo de Carlos Berger y Carmen Hertz como "el guagua", ignorando que en chileno la expresión tradicional ha sido siempre "la guagua". Igual, el libro vale la pena. 2.- "Allende". La autora, Diana Veneros, es historiadora por formación, pero en esta obra pretende hacer -y lo logra- una "sicobiografía" del presidente Salvador Allende. En un relato bien documentado, que se lee con agrado, la profesora Veneros profundiza en la visión de un personaje cuya imagen todavía no se asienta: "El sesgo exagerado -la subjetividad sin frenos- distorsiona... la valoración y hace elusiva la "verdad" histórica. No hay aquí, sin embargo, pretensión alguna de alcanzar dicha verdad. Esta es sólo una de las probables y posibles representaciones de uno de los personajes históricos más representativos y, paradójicamente, uno de los menos conocidos del Chile contemporáneo". Es, obviamente, un buen material para equilibrar con el de Ekaizer. ¿Y el tercer libro? Le ruego comprensión al lector por la falta de modestia. Pero me gustaría que también leyera, para reconstruir un período complejo si lo vivió y para conocerlo si tiene menos de 30 años, mi propio libro: "Entre el horror y la esperanza". En parte es producto de mi pluma, pero recoge, abundantemente, testimonios de tres décadas, que van desde el bando Nº 5, en que la Junta Militar define sus objetivos el 11 de septiembre de 1973, hasta el discurso de Clodomiro Almeyda en el funeral oficial de Salvador Allende, en 1990. Se trata, precisamente, de hacer un recorrido por estos años, y mostrar que, a pesar de muchos horrores, siempre fue posible creer en la esperanza sobre la base de la solidaridad y la vocación democrática de la gran mayoría de los chilenos. Si coincide (o no) conmigo, por favor, escríbame a abe@abe.cl. Me interesa su opinión.
Publicado en el diario El Sur de Concepción y La Prensa Austral de Punta Arenas en enero de 2004 |