De Internet nadie huye
Las autoridades policiales de Australia anunciaron que entregaron a la familia de Steve Irwin el video de su trágica muerte, cuando fue aguijoneado por una raya. Se informó que todas las otras copias de la cinta, que fue utilizada para los peritajes de su muerte habían sido destruidas. La razón: evitar su divulgación maliciosa.. En esos mismos días, los videos clandestinos del ahorcamiento de Sadam Hussein seguían siendo los mayores éxitos en Internet. Y, como suele ocurrir, junto con el debate acerca de la conveniencia o no de dar a conocer las macabras imágenes, en todo el mundo numerosos medios tradicionales subieron los video a sus sitios web. Un recuento realizado en mi página en Internet (www.abe.cl), hecho por mi hijo, ingeniero en computación, consigna que en 2006 los chilenos pudimos verificar cómo nuestra intimidad se ha convertido en presa permanente de tecno-cazadores al acecho. Ámbitos que se consideraban tradicionalmente privados, ya no lo son:
Lo sustancial del análisis está dicho: hay una nueva tecnología invasiva a la cual parece imposible poner límites debido a su naturaleza misma. Esta es la bendición y la maldición de esta nueva herramienta que, como muchas otras antes en la historia, nos llena de fascinación y temor, mientras aprendemos que puede ser manejada de manera responsable sobre la base de conceptos éticos. Cualquier discusión en que se alegue que antes las ejecuciones eran públicas con asistencia incluso de niños, lo que se consideraba como una saludable lección para ellos- solo tiene una respuesta posible: ha habido una evolución que valora al individuo y cree que merece respeto, sobre todo en su vida íntima. La muerte, incluso en el caso de un criminal acusado de graves violaciones a los derechos humanos, debería llevarse a cabo en forma reservada, sin más testigos que los necesarios para asegurar el cumplimiento de la pena. Un video sólo debería servir como respaldar a dicho testimonio y no para divulgarlo como un golpe noticioso.
Enero de 2007 |