Mujeres con poder: la hora de Francia
La modernidad o como se llamen los aires de cambio, siempre han llegado con atraso a América. Este año, cuando la revista Forbes entregó su ranking anual de las mujeres más poderosas, la única latinoamericana mencionada fue la Presidenta chilena, Michelle Bachelet (en esta parte del mundo, al sur del Río Grande, solo figura además Portia Simpson Millar, Primera Ministra de Jamaica, en el lugar 89). La lista, como se difundió profusamente en su momento, la encabezó esta vez Angela Merkel, la Canciller de Alemania. No es seguro que el año próximo la jefa del gobierno alemán mantenga este destacado lugar: ya lo tuvo Condoleezza Rice y es posible que en 2007 lo dispute la francesa Segolene Royal. El jueves pasado, con el retiro oficial de Lionel Jospin de la competencia interna por la candidatura socialista, la rutilante estrella de Royal estaba al borde de su consagración como candidata y, muy probablemente, como triunfadora en las elecciones nacionales francesas del año próximo. Demás está decir que la lista de Forbes, por la naturaleza misma de la publicación, tiende a privilegiar a quienes brillan en el mundo de los negocios. De tres francesas incluidas en las top cien, la primera (en el octavo lugar) fue Anne Lauvergeon, presidenta de Areva, poderoso grupo industrial relacionado con la energía nuclear. Más abajo, en los lugares 30 y 57 estaban los ministras francesas, Christine Lagarde, de Comercio, y Michele Alliot-Marie, secretaria de Defensa. Pese a su brillante desempeño en la oposición al régimen del Presidente Jacques Chirac, Segolene Royal no tuvo cabida por ahora. Pero la situación podría cambiar. El cambio, señaló el comentarista James Traub en The New York Times hace unos meses, no se refiere solamente a que Segolene Royal es una mujer, la primera presidenciable en la historia francesa. Lo sorprendente, agregó, es que ella corre a contracorriente de la cultura política francesa, es decir, contra la lejanía y la abstracción, el atrincheramiento ideológico y el predominio masculino. Esta postura no es novedosa, pero nunca antes, como sucede ahora con Segolene Royal, resultó tan atractiva para los votantes. Es el fruto de una carrera en que ha debido luchar con perseverancia. Nacida en Senegal, hija y nieta de militares, su familia no esperaba de ella sino un matrimonio convencional. Pero se le abrió la posibilidad de graduarse en la Ècole Nationale de Administration, ENA, y, cuando Francois Mitterrand llegó al poder, se integró a su equipo de apoyo. Más tarde, elegida diputada, ocupó varios puestos ministeriales y se forjó una imagen espectacular, tal como la describe el comentarista de The New York Times: Una izquierdista que defiende los valores pasados de moda, una cosmopolita imbuida del respeto a la tradición y el orden. Soltera, pero monógama y, lo más importante, mamá Literalmente nunca hubo nadie como ella. La salida de competencia de Jospin no le despeja totalmente el camino a la candidatura socialista. Hay otros candidatos, los que se terminarán de definir el tres de octubre para una interna que se realizará a mediados de noviembre. Pero Segolene va a la delantera. La hija del teniente coronel, como la bautizó Le Monde, podría seguir los pasos de Michelle Bachelet, nuestra hija del general .
Publicado en el diario El Sur de Concepción el 29 de Septiembre de 2006 |