Desafiando los estándaresColumna Tecnológica por José Miguel Santibáñez
Un conocido ha colocado una inusual declaración en su firma del correo: Prefiero recibir un ODP a un PPT, un ODS a un XLS y un ODT a un DOC.... Es su declaración de guerra al estándar de facto en ofimática: Microsoft Office. Una de las cosas más difíciles de entender, particularmente en informática, es que un estándar, no es una mera definición. Ni siquiera una propuesta o un documento que formaliza algo. Un estándar es aquello que se usa comúnmente. Y aunque quienes ya llevamos años en computación aún podemos recordar WordStar y WordPerfect, hoy lo natural es Word; aún recordamos Lotus o Quattro, pero todos entienden Excel; y aunque algunos siguen soñando con Flash, las presentaciones son PowerPoint (al punto de generar una identificación producto-marca, nadie pide que le envíen la presentación, derechamente piden el PPT) ¿Qué puede estar cambiando? La respuesta es Open Office. Aunque no es la única, es la más conocida alternativa a Office. Tanto así, que probablemente cuando tenga un documento que Office rechaza por incorrecto o incompleto, lo más probable es que Open Office si pueda abrirlo y rescatar todo aquello que está en el archivo. Si, Open Office puede abrir la mayor parte de los documentos de Office (salvo aquellos expresamente protegidos por derechos digitales, pero esa es otra pelea). Y mientras DOC, XLS y PPT nos evocan automáticamente a Word, Excel y PowerPoint; ODT, ODS y ODP son las extensiones correspondientes a Writer (el editor de textos), Calc (Planillas de cálculo) e Impress (Presentaciones)... Y aunque no se pueden abrir en Office, son reconocidos como formatos propuestos ante la organización internacional para la estandarización (ISO) como el formato Open Document. Y que por supuesto, es utilizado por todo aquel que quiera competir contra Microsoft, incluyendo las opciones en línea como Google documents. ¿y por qué dedicarle una columna? Porque Open Office ya ha alcanzado un nivel de madurez suficiente como para mirar de frente al estándar y desafiarlo. Ya hace algún tiempo, estoy utilizando abiertamente las aplicaciones portátiles (que incluye Open Office), tanto así que esta columna ha sido escrita con Writer. Hace poco, decidí exiliar definitivamente toda traza de Office del notebook que uso para presentaciones y no he tenido problemas. Por supuesto que aún quedan cosas que sería deseable que corrigieran (particularmente la demora al partir por primera vez con un documento), pero la interfaz es lo esperado, los formatos son los adecuados (si no quiere guardar en formatos open document, siempre puede seguir utilizando las versiones más comunes y eso, sin olvidar la muy útil opción de exportar directamente a PDF para generar un documento no modificable y estándar para todos los correos electrónicos. Para quienes tienen y requieren ortografía word, los diccionarios en español para Open Office se descargan e instalan de manera simple y sencilla (más aún, si se baja la versión en español, con diccionarios incluidos). Open Office hoy constituye una alternativa y es una real. Muchos vemos que al comprar un computador, windows viene instalado (y a veces cobrado como parte del precio de venta del equipo). Aunque los rebeldes de Linux siguen en la pelea, hay muchas razones para que un usuario siga con Windows, desde por un juego pasando por es el estándar de la empresa o necesito ocupar una aplicación que sólo opera bajo Windows e incluso (y aunque no del todo legal, sé que no es mera imaginación del comprador) si cambio el sistema operativo, me anulan la garantía. Si Ud. es uno de los que aún no pueden o no quieren salir de Windows (y no juzgo posiciones) quizá si quiera salir de Office. Open Office es gratuito, es funcional, está en múltiples idiomas. Como planteaba en Sistemas Operativos, el software, particularmente el de oficina, es el equivalente de los muebles de la casa... Andar con OpenOffice en un pendrive, es tan cómodo como llevar la almohada propia, y tenerlo instalado en un computador, recuerda la cama o el sillón perfectamente amoldado al cuerpo de uno... Eso si, no son Office. Nadie va a ser engañado pensando en que uno es otro, pero tampoco hay nada que echar de menos... Y si le preocupa la capacidad de mantener en el tiempo un proyecto abierto que se sustenta en una comunidad libre, no está demás señalar que el pasado 13 de octubre,el proyecto Open Office cumplió siete años desde que se liberó por primera vez su código para ser descargado e instalado libremente; y antes de eso, era el proyecto StarOffice de SUN.
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