Problemas en anarquía...

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

Ya es un lugar común, el ejemplificar con Internet, la posibilidad de tener una anarquía funcional. Mal que mal, Internet es la anarquía por antonomasia, un espacio virtual practicamente inagotable, donde los cibernautas siempre pueden expandir las fronteras y hacer crecer el espacio para disponer de un área propia.

No importa quien sea el anarquista con el que lo comente, ni la forma de anarquismo que profese, miran Internet como su principal bastión y luego mencionan algunas viejas historias (Islandia en el siglo 13) para complementar el punto... La Libertad Total, así con L mayúscula, parece posible y al alcance de la mano...

Pero la anarquía ya no es tan total. Y tres historias así lo demuestran.


Al inicio de la era Internet, se usaba un principio de honor, que era respetado por la gran mayoría de los participantes. Tanto por la buena voluntad, así como el tamaño disponible en la red (versus sus potenciales clientes) permitía tener una mirada optimista. A lo más, se establecieron unas pequeñas instancias de ordenamiento (IANA: Autoridad Internet para Números Asignados), fundamentalmente para la asignación de números IP (esos bloques de cuatro cifras, cada una entre 1 y 254) y de nombres. Posteriormente, IANA se transformaría en ICANN (Corporación Internet para Nombres y Números Asignados)

Acá en Chile, la historia es bastante conocida, en 1987 la Universidad de Chile recibe el encargo de IANA de mantener el TLD (dominio de nivel superior) ".CL", para el ordenamiento de los nombres de dominio terminados en ".CL". Aquí se sentarían las bases de lo que hoy es NIC chile. Dados los costos de acceder a Internet, el bajo interés (aún no existía el web, e internet era fundamentalmente correos electrónicos que sólo transmitían texto) se podía operar por simple requerimiento: quien pedía un dominio, lo recibía. Eso funcionó bastante bien, hasta que en 1995 aparece el web, y empieza a crecer el interés por estar presente en esta red. Y en 1997, tuvimos el primer gran corte de alas de libertad. Un grupo de personas, ve la opción de hacer negocio en registrar una serie de dominios, para luego ir a venderlos a las empresas correspondientes. Y en un par de días, registran varios miles de nombres, saturando la capacidad de nic y demostrando un interés netamente comercial (el caso emblemático fue "cocacola.cl"). Y, en rigor y aunque sea razonable, la conclusión es que los dominios pasaron a ser de propiedad de nic chile, quien los "facilita" temporalmente a quien los quiera inscribir, a cambio de un pago regular.

No se equivoque, no estoy criticando a Nic Chile. Creo que hacen una excelente labor y que sus precios son completamente razonables. Pero en rigor "anárquico", todos los dominios le pertenecen a Nic y solo permiten que nosotros, los usuarios, los aprovechemos por una temporada. Así, si llegado el tiempo de renovación nosotros dejáramos de pagar "abe.cl", entonces el dominio vuelve  a nic, para que puedan asignarlo a otro.


El siguiente golpe a la anarquía, lo dieron los spammers, quienes se tomaron el derecho de buscar casillas por la red (a veces de maneras bastante ingeniosas, hay que reconocerlo) y nos "venden" a empresas para que nos bombardeen con spam.

Claro, nuestros ingenuos políticos (ver nota: Spam Habemus) nunca imaginaron que estos "honrados comerciantes" iban a vender las bases de datos completas (ver nota de Las Últimas Noticias) permitiendo así, un ingenioso salto a la legislación: ellos venden la base de datos, pero no envían los correos; así si Ud. reclama a la empresa X que le envió un correo basura, esa empresa está obligada a sacar sus casillas de esa base de datos, pero no así la empresa que vende la base... Y si la empresa X después vuelve a comprar la base de datos, le llegan  nuevamente todas las casillas.

Volviendo al discurso anarquista, aparecieron señores de la guerra ("warlords"), que en su incursión tomaron algo que era nuestro: nuestras dirección de correo electrónico, y se las llevaron para comerciar con ellas... Podemos pelear, pero a diferencia de nic, no hablamos de una única organización responsable, sino de muchos agresores, la mayoría sin identificar.


El tercer golpe a la anarquía, se empieza a gestar en los diferentes foros de discusión, en algunos blogs, en secciones de comentarios de algunas páginas y en los grupos de discusión de internet, conocidos bajo el nombre de "grupos usenet".

Quizá Ud. ya lo ha visto, pero es sintomático: si el foro, grupo o página tiene muchos visitantes, algunos de ellos se destacan por ser los más participativos, los que siempre están comentando y respondiendo a los demás. Los que más temprano o más tarde, se empiezan a sentir "dueños" del foro.

Ejemplos hay varios, y no se como evaluarán en El Mercurio, lo que ocurre en los comentarios a propósito de cartas al director, caricaturas o en"blog editorial". Más del 90% de los comentarios son acerca de otros comentarios. E incluso comentarios cruzados ("el otro día Ud. dijo..."). Y eso incluye distintos niveles de descalificación a los "recién llegados" (newbies en jerga internet).

Es similar a lo que le pasó al "Chileno con el rostro más trucado en la red" (si hay quienes lo tratan peor) quien por ser asiduo visitiante a un foro, llegó a creer que tenía ciertos derechos de propiedad que le permitían escribir lo que quisiera... Y bueno, le salió el tiro por la culata.

Lo curioso, es que con la gran facilidad de crear más y más blogs, se pensaría que no hay necesidad de hacerse "dueño" de uno. Pero claro, ¿qué gracia tiene, escribir donde nadie lee? en Internet: ¿vale más ser cola de león o cabeza de ratón?

Siempre en el discurso anarquista, vemos como empiezan a aparecer los "señores feudales", aquellos que, por la fuerza, declaran ser dueños y señores de un espacio. Afortunadamente, esta vez la fuerza no es de la espada, aunque como dijo el filósofo: el teclado es más poderoso que la espada (si, ya lo se, es una versión actualizada a los tiempos de Internet). A igual que los "señores de la guerra" del spam, estos señores feudales son muchos...

Y de paso, la historia del chileno con el rostro "más trucado", da pie para discutir el derecho que tiene uno, sobre los contenidos que sube a la red, incluyendo el estado del derecho a la intimidad cuando se publica un diario de vida en formato "blog".

Al final, el sentido de la propiedad, el "hacerse dueño" de algo, parece ser una de las constantes más presentes en la humanidad... Y eso, sin siquiera preocuparse, de aquellos a los que se pasa a llevar en ruta hacia la propiedad total.

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