Del email, los personajes y el MOPColumna Tecnológica por José Miguel Santibáñez Mucho ruido ha generado esta semana la incautación de correos del MOP ordenados por la jueza Chevesich. La discusión se ha centrado en el tema legal (¿es constitucional?) e incluso en el plano técnico (¿se puede revisar?) No me corresponde el análisis legal (ya lo verán las instancias pertinentes) y en el técnico podemos decir que existe software forense que permite el análisis completo de contenidos, que permite detectar "patrones" específicos. Eso sin considerar el famoso "echelón", el software de las agencias de inteligencia que permite detectar esos patrones en mensajes que están circulando por la red. Sin embargo, hay algo que ningún software puede detectar: el juego de los personajes. Nadie es exactamente uno mismo en la red. Cuando no se ven caras, no es posible evaluar gestos ni intenciones. Maturana afirmaba que la comunicación se da a dos niveles: el lenguajear (objetivo) y el emocionar (subjetivo). Y la red es una buena solución para la primera parte, pero no para la segunda. Para no dar lata conferencia, recurriré a un chiste que, de manera muy apropiada, me llegó por e-mail: Un anciano agricultor descendiente de inmigrantes árabes en USA, le envía un mensaje a Ahmed, su hijo que está estudiando en París: "Hijo, necesito que vengas a casa y me ayudes a preparar la tierra para la próxima siembra. Estoy viejo y virtualmente incapacitado para dar vuelta la tierra".
No pretendo disculpar a nadie, pero es evidente que para poder analizar cualquier comunicación, no basta tener la trascripción, hay que entender los códigos bajo los cuales se comunican los personajes... Si no, es posible que la ministra mande a cavar en búsqueda de quimeras... (Si el lector quiere hacer la misma lectura respecto de otro caso político vigente, está en su derecho) Por otra parte, espero con ansiedad el dictamen final respecto del estatus de los correos electrónicos. ¿son documentos oficiales? ¿ los funcionarios deberán almacenar todo correo recibido? ¿qué deben hacer con los mensajes tipo spam o de virus? ¿será delito borrar un correo que se recibe en las oficinas públicas? Estas y otras preguntas permanecen en el aire, y creo que es hora de formularlas...
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