XML Smell: la hora del olorColumna Tecnológica por José Miguel Santibáñez
¿Cuál es su aroma más feliz? ¿le recuerda su casa de la infancia? ¿a alguien especial? ¿algún momento o lugar? Hace más de 10 años, cuando compré mi primer escáner(1), Genius la empresa proveedora, señalaba que eran líderes en las áreas de captura digital de información, que ya dominaban el área visual, la auditiva, parte de la táctil (desarrollo de mouses y tablillas digitalizadoras) y que se encontraban trabajando en su nueva frontera: el olor. En ese momento la previsión era que "pronto" ibamos a tener dispositivos capaces de "oler" y de "producir olor digital". En ese momento, al igual que ahora, no pude dejar de recordar unos libros infantiles, que parte de ilustrar sus historias, agregaban un espacio raspable que liberaba algún aroma apropiado a la situación (mi favorito, aún lo recuerdo, era frambuesa) Según algunos estudios, el olor es una de las formas más eficientes de despertar recuerdos. Basta ir por la calle y percibir un aroma para que de inmediato se despierten esas memorias dormidas o casi subconscientes que nos llevan por el tiempo y el espacio hasta diversos momentos de nuestra vida. Puede ser un recuerdo de una galleta amasada con amor, o un familiar de un olor muy específico, incluso algún lugar o momento... Sin duda un área interesante de trabajar. Hay avances, claro que los hay... Tenemos las narices electrónicas, equipos computarizados que a través de un grupo de polímeros que tienen distintos grados de reacción a los olores, permiten una muy acertada identificación del aroma presente. Claro, dependen de una tabla de patrones de reacción, que permita la comparación, pero en general funcionan lo suficientemente bien, como para que hayan llegado a aparecer en las series de investigación científica del delito. Por el lado más serio, hay una serie de iniciativas de comunidades internet asociadas(2). Por otro lado, he recibido información de que en España, en la Universidad de Huelva se habría desarrollado XML Smell, un lenguaje computacional, basado en el estándar XML que permitiría la adecuada transmisión de información de olores a través de Internet(3). Lo imaginan como un esquema ideal para la compra de perfumes por Internet o como parte integral de la promoción turística de lugares de aire puro y aromas florales... Pero el problema sigue estando al final de la línea, podemos detectar, podemos transmitir y ¿cómo reproducimos? En Japón, a finales del 2004 una empresa estaba probando un servicio de envío de olores según la especificación que uno mandara por internet. Según entendí, ellos colocaban en una esfera, una combinación de aceites olorosos que respondían al requerimiento del usuario. Claro que eso tiene un desfase, y si el olor no es exactamente el esperado, no hay vuelta. (No pude encontrar ahora la información, claro que al estar orientada al mercado japonés, puede ser solo un problema de idioma, pero -mi impresión- es que el proyecto no llegó a buen término). Aparentemente en Huelva también estaban preocupados de la reproducción, de hecho el proyecto partió orientado a desarrollar una especie de impresora capaz de crear olores (inicialmente un subconjunto acotado de ellos). Sin embargo la rápida degradación del olor, los habría llevado a avanzar más rápido por la vía de la transmisión y almacenamiento de definición de olores, que por el lado del hardware reproductor de aromas. Por ahora, hay que seguir a la espera. Aún falta tiempo para que llegue el momento en que, al ver una linda foto o video digital, al que le hemos incorporado algún comentario auditivo (o tal vez solo un sonido de fondo) se vea potenciado con el olor de dicha situación. Al final, claro, quedan siempre presentes las palabras de Tim Berners-Lee comentando el proyecto XML Smell: "Nunca he visto este proyecto, nunca lo he olido! Puedo decir que me alegro de que algunos de los videojuegos que vemos en el mercado no tengan olores"
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Notas: