La hora del monedero electrónico.

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

Desde que empezó el comercio electrónico, hace ya varios años, tuve la impresión de que era necesario disponer de una herramienta que sustituyera el viejo monedero. En mi idea inicial (que en ese entonces denominaba e-coins, por monedas electrónicas) se debía disponer de un medio que facilitara esas transacciones pequeñas, a veces impulsivas, que sólo son posibles porque andamos con "monedas en los bolsillos". No pretendía competir con las grandes transacciones con tarjetas de crédito u operaciones bancarias por cientos de dólares, sino acercar el mundo electrónico a las pequeñas transacciones.

Hay que decirlo, nos encanta pensar que estamos al tope de la tecnología, pero tenemos años de atraso respecto de otros países... Mientras en USA y Europa transaban con tarjetas de crédito, casi desde los inicios de Internet (en rigor, y sobre la base de un sistema de honor casi increíble, lo hacían desde mucho antes; pero como el honor no era suficiente para la plataforma mundial de Internet, rápidamente activaron sistemas de chequeo y registro en línea) acá en Chile, Transbank dudó bastante antes de implementar la plataforma WebPay.

Al principio, supuse que WebPay podría servir para todo tipo de negocio sobre Internet. Pero claramente no es así. WebPay tiene ciertas características especiales, orientadas a darle seguridad al dueño de una tarjeta de crédito, de que no lo van a estafar por Internet (mal que mal, se pueden hacer transacciones por varios millones, tan sólo dependiendo del cupo disponible en la tarjeta) y la mejor forma de dar esa garantía, pasa por filtrar a los vendedores. Y por ello exigen un depósito como garantía de seriedad y cobran comisiones tales, que si el vendedor no tiene locales donde venda a público con tarjeta de crédito, o no tenga una venta por WebPay de más de un millón al mes (esta cifra es mía y responde a mi impresión del sistema) simplemente no es atractivo al vendedor.

Volví sobre mi idea, rebautizada ahora como "Monedero Electrónico" y empecé a buscar opciones para implementarlo. Las primeras empresas que así lo ofrecieron en Chile, resultaron ser poco serias (una incluso, quebró llevándose con ellas los fondos de sus usuarios) y las empresas líderes en el mercado internacional (PayPal.com) simplemente no tienen presencia real en nuestro país; esto significa que es posible operar con ellos, pero en la práctica esos sistemas sólo son útiles a muy pocos chilenos.

Y amplié mi mercado. La principal crítica que puedo hacer a casi todos los sistemas que se han implementado, es que en la práctica se depende de tener una cuenta corriente y una tarjeta de crédito para poder operar. La tarjeta de crédito para cargar dinero y la cuenta corriente para retirarlo (por la vía de transferencias). Pero el público objetivo, incluye cada vez más, a jóvenes que aún están en medio de sus estudios de educación media y que rara vez son candidatos serios a obtener cuentas corrientes. Veo entonces la necesidad de un sistema que simplifique la transferencia de fondos en cantidades menores (rara vez por sobre los $10.000) y que ocurren de manera esporádica (pocas transacciones al mes), que de soporte a muchas personas independientemente de la evaluación que de ellos haga un banco. Y que puedan hacer transacciones de maneras sencillas, utilizando las opciones con las que realmente cuentan.

Lo anterior, significa que debieran poder ingresar dinero al sistema con medios bancarios (para los que puedan) o por ventanilla de cajero o cajero automático, o por tarjetas de prepago (al estilo de los celulares) o, por que no, desde los mismos celulares. Que deben poder sacar dinero del sistema con medios similares: bancarios o por ventanilla de cajero o cajero automático. Y que deben poder hacer transacciones utilizando los dos principales medios de comunicación electrónica: Internet y Celulares.

En mi idea (y tal como traté de "venderla" durante el año recién pasado) el que ofrezca este servicio, que básicamente constituye una cuenta corriente a la vista (sin "promesas de pago" como son los cheques) debe ser una empresa de prestigio y reconocida seriedad, desde esa perspectiva, un banco sería el oferente ideal. En segundo término, podría ser una empresa de telefonía celular. Aunque, considerando el tema de manejo de dinero de terceros (y cobros por transacción) entonces, probablemente, sólo una institución bancaria cumpliría el requisito.

Ya durante el año pasado, leí sobre DineroMail y lo analicé. En ese momento, tenían las mismas restricciones antes mencionadas (necesariamente se operaba con bancos). Hoy, al revisar el sitio antes de escribir este artículo, noto con cierto agrado que han mejorado mucho y las restricciones se han reducido enormemente. De hecho, actualmente para transferir dinero a través de ese sistema, no se requiere registro ni similar. Eso sí, aún hay temas que me preocupan:

  1. Probablemente porque soy un desconfiado por naturaleza, me gustaría saber más de los constituyentes de la empresa. Digo, si les voy a hacer un depósito, aunque sea por $10.000.- quiero saber algo más de ellos.
  2. El sistema aún se orienta exclusivamente a Internet. En uno de los casos que usaba para ejemplificar la importancia de un monedero electrónico, se contaba la historia -no tan poco habitual- de la adolescente a la que le roban la cartera en una fiesta y para irse a casa, ella toma un servicio de radio taxi que acepta pagos de monedero electrónico a través de celular (ni siquiera necesita despertar a los padres, mientras tenga suficiente saldo).
  3. Y muy probablemente ligado con el primer punto, es que hoy hay quienes no se sienten cómodos con el servicio de DineroMail, he leído varios mensajes en Internet donde se reclama que es difícil comunicarse con la empresa, a la vez que hay demoras en la recepción de los montos. Puede que se trate más de paranoia de personas no acostumbradas al servicio, pero me permite afirmar que el tener un aliado de prestigio, ayudaría a crear la necesaria confianza.
  4. El sistema, por contrato, excluye a menores de 18 años (cláusula 3). En mi opinión, debería poder celebrarse el contrato si el padre o tutor legal así lo autoriza.
  5. Aunque actualmente está bonificado y tiene un cargo de $0, la empresa se reserva el derecho de cobrar (en el futuro) un cargo fijo mensual de mantención para las herramientas que permiten recibir dinero.

Ahora bien, este artículo no partió como publicidad extra para DineroMail. Por el contrario, al partir aún creía que no había una opción real de monedero electrónico. Y lo inspiró este artículo, es que hay otro elemento que considerar. Y es la oportunidad del "Transantiago" y su monedero electrónico (bip!). Si bien el metro ya había logrado una buena penetración con su tarjeta Multivia, es un hecho que este año todos los escolares de Chile van a necesitar su "tarjeta Bip!", la mayoría de ellos, entiendo, integrada a su pase escolar, y los demás utilizarán la tarjeta normal, simplemente por necesidades de transporte.. Y no sólo ellos, todos los santiaguinos (y me atrevo a apostar que al mediano plazo, casi todos los chilenos).

Y si hay dos peligros respecto de la tarjeta del Transantiago, son el no enterarse de cuanto saldo queda (más de alguna vez nos hemos subido tan "dormidos" a una micro, que resultaría imposible recordar que indicó el visor de saldo o a una máquina tan llena que no se alcanza a ver que marca dicho visor) y, peor aún, el de encontrarse sin saldo en un horario o lugar en que no hay como recargar la tarjeta. Pero esos peligros se pueden revertir en oportunidad si los bancos que han formado la alianza para soportar la tarjeta, establecen el principio de monedero electrónico utilizando como base de identificación el número de la tarjeta, y permitiendo transferencia y retiro de fondos de ella. Por definición, la tarjeta es una forma de monedero e incluso se podría extender su uso de manera tal de olvidar la existencia de los monederos reales... (lo que traería varias ventajas, tal como lo relataba el libro "tecnodinero", incluso incidiría directamente en varios tipos de delincuencia).

El monedero electrónico es una necesidad. El disponer de medios de transferencia para empresas que no están en condiciones de, o interesadas en, instalar WebPay, también. Y hay una oportunidad a la que se le puede sacar un partido "de oro". Todo depende, claro, de no caer en grandes ambiciones en el manejo de esos dineros. Hoy, usar el monedero real tiene pocos costos, y eso debe mantenerse en el monedero electrónico.

Como dijo Cesar, los dados están echados. Ahora sólo queda esperar. Y ver...

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