Desafíos de la alfabetizaciónColumna Tecnológica por José Miguel Santibáñez Es ampliamente difundida la historia donde se compara al avance de la industria de la computación, con un hipotético avance en su equivalente del automovilismo. Todo se inicia cuando un alto ejecutivo informático (Bill Gates en algunas versiones) declara sin tapujos que si la industria automovilística avanzase tanto, tendríamos vehículos que estacionan en la cabeza de un alfiler, que permiten llevar a cientos de personas y que darían la vuelta al mundo varias veces, con solo una gota de combustible, y todo por un irrisorio valor que haría el vehículo asequible a toda la comunidad. Un poco menos difundida, es la supuesta respuesta, donde un alto ejecutivo (Lee Iacocca en algunas versiones) indica que no lo han querido hacer, pues quieren que todos los vehículos puedan andar por todas las carreteras, que el vehículo no se detenga de improviso y sin explicación, y que solo arranque después de sacarle la llave y volvérsela a poner, no quieren que haya que pagarle al fabricante cada vez que le cambia el aceite o la radio, pero por sobre todo, que no quieren que los vehículos tengan un panel de instrucciones que se pone azul en caso de cualquier falla o que tenga riendas, para hacerlos compatibles con los caballos. De esa historia (hay otras versiones más completas) quiero destacar la última parte, esa de "que tengan riendas para hacerlos compatibles con los caballos", y destacarla por dos razones: primero porque los primeros autos SI tenían compatibilidad con los caballos (cuando se quedaban atrapados en barro, o simplemente fallaban, lo más simple era tirar de ellos con caballos o bueyes) pero, y dejando de lado la defensa corporativa de la profesión informática, por que nos habla de cómo hacer interfases de usuario. Ya en mi columna anterior (Columna Tecnológica: De interfaces y usuarios...), mencionaba un trabajo de título que me tocó guiar el año pasado (y que está cerrando su proceso, con excelentes notas por parte de la comisión evaluadora, felicitaciones a los alumnos) precisamente dedicado al tema de las interfases de usuario. Parte de todo ese trabajo, consistía en el análisis de lo que dicen los expertos en el área de interfases. Y los expertos no son generosos. Su primera crítica, es que lo complicamos todo. Considérese un típico reloj despertador antiguo: ese análogo de manecillas, donde Ud. movía una manecilla especial para indicar a que hora sonaba el reloj, le daba cuerda, confirmaba la hora desplegada y a dormir; a la hora indicada sonaba la campanilla, la que -según todos los dibujos animados- despertaba hasta a los muertos, pero que se podía apagar de un golpe (martillo o cualquier otra cosa, según los mismos dibujos). Pero llega la gente de informática, "digitaliza" el mentado reloj (primero con esos números rojos que no dejaban dormir a nadie, y ahora con pantallas de cristal líquido que nadie puede ver de noche) mete un pequeño computador, que permite que suene solo algunos días, a distintas horas, con agradables melodías diferentes... pero que solo va a sonar si hay electricidad (no pierden la hora, pero rara vez suenan solo con pilas). Algo que era simple y sencillo, ahora es complejo. Luego analizaban varios otros elementos, entre ellos los teléfonos móviles: con cámara fotográfica y de video, conexión a Internet, ring-tones-polifónicos-múltiples, "xat", sistemas de mensajería multimedia, GPS, MP3, juegos, aplicaciones java, agenda, listado telefónico... Y que parece que también recibe llamados telefónicos. Hay quienes añoran el viejo teléfono negro de la casa, ese con el "disco" de números, donde "discar" tenía sentido. Pero la guinda de la torta, es la metáfora del escritorio que, desde que Apple sacó su interfaz gráfica, ha sido visto como "la solución" final al problema de interfaz de sistemas (imitado por windows y linux). Todos los autores consultados por los alumnos, indicaban su preocupación por esta falsa metáfora pues, según nos dicen, en la realidad nadie guarda carpetas dentro de carpetas (y junto a algunos documentos). Nadie le pone "papel tapiz" al escritorio, ni tiene la papelera a la vista... Peor si Ud. llega y configura los íconos para que se vea otra cosa... Por si fuera poco, consideran extrañísimo eso de tener íconos para aplicaciones (procesador de textos, navegador de internet, etc). Armados con toda la investigación teórica, los alumnos partieron a encuestar a algunos escolares de 5° año básico para comprobar, en la práctica, las críticas de los teóricos. Y el resultado arrojó sorpresas. Si bien, varios aspectos de la teoría se comprobaron, el problema de las metáforas no fue tal. Para los escolares no había complicación en entender el escritorio, ni las carpetas. De hecho mostraron una gran soltura al recorrerlas... Mi impresión (lamentablemente no participé en las encuestas, así que no tengo material para confirmar mis sospechas) es que esos escolares conocieron primero la versión "computacional" de los elementos, y después de eso, los elementos reales. Muchos no tienen escritorio en sus casas, trabajan en la mesa del comedor. No usan carpetas reales (¿para qué, si lo guardan todo en el computador?) a menos que sea para entregar algún trabajo en el colegio (aún así, tengo la impresión que al hablarles de "carpeta" lo primero que piensan es en la versión digital). Mis alumnos se sorprendieron, y debieron reenfocar parte de su trabajo. Todo el análisis de las interfases, apuntaba a establecer un nuevo "paradigma de interfaz", capaz de superar el analfabetismo digital. Sin embargo, los nuevos usuarios, en este caso los escolares, no tienen el conflicto de los mayores (que aún tratan de entender como puede haber una carpeta física dentro del computador). Eso me lleva a reconsiderar, por una parte la utilidad de las metáforas en el desarrollo de los sistemas, y por la otra a los procesos de "alfabetización". Las metáforas en el desarrollo de interfaces de sistemas, pueden tener una utilidad explicativa, pero rara vez resisten el paso del tiempo. La evidencia indica que, al menos computacionalmente, toda metáfora es superada por las capacidades del mundo digital. Se puede explicar un procesador de textos, desde la perspectiva de una máquina de escribir, pero ninguna máquina de escribir hace "tablas", inserta imágenes (y las retoca), revisa ortografía o nos discute la redacción. Se puede explicar Photoshop (u otros procesadores de imágenes, incluso el paint) con metáforas acerca de pinceles, paletas de colores y tijeras, pero no el proceso que permite tomar una foto, destacar los bordes, y generar "ruido blanco" para obtener la foto de la portada. En la otra perspectiva, se espera que "las nuevas generaciones" traigan incorporada la capacidad para relacionarse cada vez más con la tecnología (eso dio hasta para uno de los chistes de Coco Legrand en Viña: "me asusta que mis hijos dejen el hogar, si se van ¿quién me va a ayudar a manejar todos esos aparatos electrónicos?") pero entre tanto, debemos tener presente que ni se puede abandonar a quienes les toca vivir el "cambio", ni debemos olvidar que son cada vez más las cosas que requieren procesos de alfabetización, o al menos cursos de emergencia:
Claramente vendrán otros (¿transporte público?) y algunos donde ya se tiró la toalla ("poniendo la hora en el video grabador" o "clasificación y uso avanzado del control remoto (mención especial: DVD)")
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